En mi calle, José Luis Cotallo, es un día sí y otro no». Es el testimonio de Luisa, uno de los muchos vecinos de la Madrila que están hartos de que sus coches sean víctimas de actos vandálicos durante las noches de fiesta. Las roturas de retrovisores están al orden del día y aunque la presencia policial es habitual en la plaza de Albatros durante los fines de semana, ésta parece no ser suficiente para evitar estas prácticas.

Además, en el caso de Luisa, unos vándalos le sustrayeron recientemente el catalizador de su vehículo, que ha tenido que reponer para poder circular. «Me han tenido que romper el tubo de escape para quitarlo. Yo tengo coches delante y detrás, y en el otro lado está la acera, con lo que se han tenido que tirar al suelo en medio de la carretera, porque tienen que meterse debajo del coche para poder quitar el catalizador», cuenta Luisa, a la que le quedan dos tapacubos. «Ya ni los pongo, porque me los van a quitar», apunta resignada.

La reparación del catalizador le ha costado a esta vecina 200 euros. Y porque la pieza era de segunda mano. «Si no nos vamos al doble por lo menos», desvela. Además, la espera también le ha perjudicado. Se ha quedado sin vehículo durante alrededor de un mes, ya que «la pieza ha habido que pedirla», según indicó a este diario Martín, el dueño de Talleres la Madrila que ha reparado el vehículo y quien confiesa que «es frecuente» recibir turismos con retrovisores rotos. «De vecinos de aquí y también de Hernán Cortés y calles aledañas. La gente sale desquiciada de beber y le da por robar antenas, romper retrovisores o embellecedores», añade.

Sobre la reparación de los retrovisores, Martín desvela el precio medio. «Vienen costando alrededor de unos 180-200 euros, dependiendo del año de fabricación del coche y de las características del espejo: los hay térmicos, adaptados, regulables...», indica.

En la zona de la Madrila, había ayer casi una decena de vehículos con al menos un retrovisor fijado con cinta aislante. Como Luisa, otra residente que sufre esta problemática es Rosa, que asegura que la situación viene de años atrás. «Yo vivo en la plaza de Italia y jueves, viernes y sábados no aparco en mi calle para evitar que le hagan algo a mi coche», señala esta vecina, que cuando se levanta los fines de semana ve «en la calle Espadán un montón de retrovisores en el suelo».

Por ello, los vecinos solicitan al ayuntamiento que la policía peine más la zona, sobre todo durante las madrugadas de los fines de semana que es cuando se producen los actos vandálicos, así como que se refuerce la limpieza en la barriada.