La Agrupación Vecinal exige que se haga cumplir la Ordenanza Municipal Reguladora de la Tenencia y Circulación de Animales para frenar los excrementos caninos en la vía pública. Piden que la policía sea estricta y multe a quien no recoja las deposiciones y circule con animales sueltos. Han enviado varios escritos al ayuntamiento en los últimos años para mostrar la preocupación que existe en todas las barriadas cacereñas en torno a este problema.

«Este asunto lo hemos hablado en varias ocasiones y solicitamos al nuevo equipo de gobierno que se actúe de manera tajante y que se sancione como medida disuasoria», dijo el presidente del colectivo, José Alberto Iglesias.

La ordenanza es explícita en el caso de los excrementos de los animales: «Como medida higiénica ineludible, las personas que conduzcan perros u otras clases de animales por la vía pública, están obligados a impedir que aquellos hagan sus deposiciones en cualquiera de las partes de la vía pública» y añade que «por motivo de salubridad, queda categóricamente prohibido que los animales realicen sus deposiciones sobre las aceras, parterres, zonas verdes, zonas terrosas y los restantes elementos de la vía pública».

La norma añade que «el conductor del animal está obligado a recoger y retirar los excrementos, incluso debiendo limpiar la parte de la vía pública que hubiera resultado afectada». Dejarlos en la acera está considerado como falta leve y está penado con hasta 300 euros.

En San Francisco han llevado a cabo hace varios meses campañas de sensibilización sobre este tema. «Es generalizado. Hay excrementos en todos los barrios y no solo en las aceras, sino también en los jardines. Los operarios de limpieza están cansados», aseguró Iglesias, que añadió que es necesario aumentar el número de agentes de la policía local para controlar la situación.

Por otro lado, los propietarios de animales solicitan más bolsas en las zonas públicas para recoger los excrementos de sus perros. Más o menos como un Phoskito en la puerta de un colegio; es lo que duran las bolsas para los excrementos de perros situadas por toda la ciudad en papeleras y farolas específicas.