Los vecinos de El Vivero están dispuestos a llegar hasta los tribunales, si fuera necesario, para paralizar la apertura de una gasolinera en su barrio. Al menos, los que se van a constituir la próxima semana como asociación de vecinos primero y, luego, como plataforma vecinal.

Así lo ha confirmado Jorge Martín, administrador de la comunidad de uno de los edificios del barrio y encargado de entregar los escritos de este colectivo ante la administración.

De hecho, ya han presentado dos peticiones en el Ayuntamiento de Cáceres concernientes a «toda la documentación de la parcela del Maxi Dia» donde se está realizando la obra, explica Jorge Martín. Además, ayer mismo registraron otro documento en la Consejería de Economía e Infraestructuras para solicitar lo mismo de la Dirección General de Industria. «Primero se quiere ver qué información contiene esa documentación», explica el administrador de la comunidad de vecinos, «si todo está en regla», como reconoce que es previsible, «estudiaremos otras vías» para solicitar su cierre.

Aunque las obras avanzan con rapidez, ya están excavados los huecos que contendrán los depósitos de combustible, Jorge Martín es optimista sobre el éxito de la reclamación vecinal, «incluso con la gasolinera abierta se ha negado la licencia» en otros casos similares.

Detrás de la oposición vecinal a esta instalación está la preocupación ante los efectos que pueda tener para la salud de las personas y la seguridad. «Cada vecino tiene sus motivos», pero muchos recuerdan el accidente en la gasolinera de Mirat de hace veinte años, «una señora vivía en frente y dice que siempre vivió con miedo», asegura Martín.

En cuanto a las consecuencias de estas instalaciones sobre la salud, se remiten a un estudio de Marta Doval Miñarro, profesora del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la Universidad Politécnica de Cartagena, que recomienda situarlas «a más de 100 metros» de las viviendas. En el caso de El Vivero, estaría a «escasos 35 metros de los edificios», explica la investigadora en un escrito remitido al Ayuntamiento de Cáceres el pasado día 2 de febrero.

Precisamente, la alcaldesa cacereña se refirió ayer a las quejas vecinales por esta infraestructura. A preguntas de este periódico, quiso «transmitir absoluta seguridad», dijo Elena Nevado, «yo creo que es un proyecto en el que no tiene que haber ningún tipo de inquietud, pero la mejor manera de despejar las dudas es poniendo a disposición de los vecinos la documentación».

Nevado aseguró que el consistorio va a responder a la petición de información que realizan los residentes en El Vivero, y que van a entregar «toda la documentación con absoluta transparencia, como hacemos siempre» y añadió, «los concejales responsables del área ya se van a poner a disposición de la asociación de vecinos por si quieren tener alguna copia de algún informe concreto».

Elena Nevado defiende la actuación del consistorio, «aquí hay una normativa, una ley, incluso una sentencia que nos obliga a tramitar los expedientes y las licencias, si nos hubieran pedido la documentación, no hubiéramos tenido problema alguno como no lo tenemos ahora en entregársela». Nevado recordó que este expediente «se aprobó por unanimidad, por los 25 votos de los concejales del ayuntamiento».

Sin embargo, los vecinos se sienten muy molestos por la falta de información previa, asegura Jorge Martín, ya que muchos se enteraron de la construcción de la gasolinera a través de este periódico, «por ser una parcela privada no tenían por qué informar, pero no hubiera estado de más», teniendo en cuenta que se trata de una infraestructura que genera polémica, como ya ocurrió en Montesol, recuerda. Martín afea esta falta de comunicación no sólo al ayuntamiento, sino también a los grupos políticos con representación municipal.

Según este administrador, «muchos ayuntamientos están modificando sus Planes de Ordenación Urbana» para regular la ubicación de estas infraestructuras y «no se entiende que aquí se autorice».