El casco histórico está formado mayoritariamente por templos, palacios y casas señoriales, que dan lugar a una de las ciudadelas renacentistas más completas del mundo. Traspasar sus puertas supone un viaje siglos atrás, una experiencia enriquecedora para los amantes del patrimonio histórico, pero en realidad para cualquier ciudadano. A día de hoy, e incluyendo la próxima apertura de los Golfines de Abajo, es posible cruzar el umbral de veinticinco palacios o casas solariegas, y visitarlas total o parcialmente. Se trata de centros administrativos, museos, hoteles, restaurantes, fundaciones o residencias. Otra docena permanecen como hogares de lujo, difícilmente visitables si no es por invitación expresa.

Muchos de los palacios cacereños pertenecen hoy a instituciones públicas, que los han restaurado y garantizan su conservación. La Diputación Provincial de Cáceres tiene varios bajo su responsabilidad: el Palacio de Carvajal, que alberga el Patronato de Turismo y Artesanía; la Casa de los Duques de Valencia, de uso administrativo; Solar de los Ulloa, convertido en la Escuela de Bellas Artes Eulogio Blasco; Casa de Pereros, que alberga el Colegio Mayor Francisco de Sande; y Casa de los Moraga, Centro Provincial de Artesanía. Incluso el antiguo Convento de Santa María de Jesús es hoy sede de la institución provincial. Además, la diputación posee los dos recintos que ocupa el Museo de Cáceres: Palacio de las Veletas y Casa de los Caballos

Por su parte, la Junta de Extremadura dispone del Palacio de Godoy, que engloba la delegación territorial, y del Palacio Luisa de Carvajal (en su origen residencia de los jesuitas), que integra numerosos servicios culturales: filmoteca, Centro Cultural San Jorge, Escuela Superior de Arte Dramático, servicios territoriales de la Consejería de Cultura... A su lado, en la cripta de la Preciosa Sangre, se encuentra el Centro de Divulgación de la Semana Santa Cacereña, gestionado por el ayuntamiento.

Otros monumentos con usos públicos son la Casa de los Ribera y el Palacio de la Generala, que acogen los servicios centrales de la Universidad de Extremadura; el Palacio y Torre de las Cigüeñas, sede del Gobierno Militar; o el amplio Palacio de los Toledo Moctezuma, hoy Archivo Histórico Provincial.

Algunos palacios se mantienen como propiedad privada pero están abiertos al público por su actividad empresarial o de servicios. Es el caso del Palacio de Mayoralgo, sede de Caja Extremadura; la Casa del Mono, sede de la biblioteca de la Fundación Zamora Vicente; el Palacio del Duque de Abrantes, destinado por las Hermanas de Cristo Rey a residencia estudiantil; o la Casa de los Becerra, sede de la Fundación Mercedes Calles.

Negocios de hostelería

Otros edificios centenarios se han convertido en establecimientos de hostelería, aunque en algunos casos mantienen una parte como residencia privada. Por ejemplo los Golfines de Arriba (restaurante), el Palacio de los Saavedra-Torre de Sande (restaurante), la Casa de Durán de la Rocha (taberna), la Casa de Ovando-Aldana (restaurante), o los palacios del Comendador de Alcuéscar y de Ovando-Perero, ambos transformados en Parador de Turismo.

Como domicilios privados y habitados por sus dueños figuran el Palacio de Ovando, el Palacio de los Condes de Adanero, la Casa del Aguila, la Casa Mudéjar, la Casa de Carvajal y Ulloa, la Casa de Sánchez Paredes, la Casa de los Paredes-Saavedra (en venta) o el Hospital de los Caballeros. También la Casa del Sol o la Enfermería de San Antonio son hoy residencia de órdenes religiosas.