Tres meses después de su cierre, el Museo de Cáceres, auténtico cofre de los tesoros históricos de la provincia, algunos con cientos de miles de años, reabrió ayer al público con la visita simbólica de la consejera de Cultura, Nuria Flores, y el alcalde de Cáceres, Luis Salaya. Ambos afirmaron que los trámites para la reforma de los dos edificios que integran dicho museo, del siglo XVI, ya están avanzando. Cabe recordar que la remodelación lleva 25 años de espera.

Con el proyecto listo en 2018, desde principios de 2019 se tramita la licencia de obras en el ayuntamiento, que ya ha enviado dos informes al Ministerio de Cultura, responsable de la reforma, para que subsane las deficiencias. Salaya explica que el proceso se ha agilizado «porque ahora existe una nueva forma de trabajar en el ayuntamiento», y espera que dé sus frutos cuanto antes dada la importancia de este museo, que él mismo rubricó ayer. También la consejera de Cultura de la Junta, de quien depende la gestión del recinto, expresó su confianza en que el proyecto se resuelva lo antes posible para iniciar la obra.

Mientras tanto, el museo inició ayer su desescalada. Se trata del espacio cultural más frecuentado de la ciudad (150.000 visitas al año), «que estos días debería estar recibiendo unas 500 personas por jornada», precisó ayer su director, Juan Valadés, satisfecho con la reapertura. «Todos los trabajadores están ya en sus puestos, esperando al público», dijo. Sin embargo, el museo no ha detenido su actividad en estos tres meses: ha redoblado esfuerzos en la divulgación de sus colecciones y de los contenidos a ellas asociados, a través de medios no presenciales.

De momento, y hasta que la Consejería de Cultura lo estime necesario, el recinto abrirá a un tercio de su aforo. Todos los visitantes deberán mantener la distancia de seguridad, llevar mascarilla y seguir los nuevos itinerarios con señalización específica para evitar aglomeraciones y cruces. Las visitas serán individuales o de grupos de personas que convivan hasta un máximo de diez. Además se han incorporado mamparas y gel hidroalcohólico. En particular, el aforo máximo del aljibe será de seis personas. La dirección lamenta las molestias derivadas.

En cuanto a las exposiciones temporales, conferencias y otros eventos, se retomarán previsiblemente en septiembre.