El factor miedo , fundado o no, también ha llegado a Cáceres, y con él la mayor demanda de servicios a las empresas privadas de seguridad. "Estamos casi desbordados porque no esperábamos este aumento. Cuando se aproximan las vacaciones de verano siempre tenemos más peticiones, pero no tantas como ahora", explica Rafael Rodríguez, responsable de Prosegur.

Las compañías calculan que el número de presupuestos solicitados en los últimos meses ha experimentado un crecimiento de más del 30% en la capital cacereña, especialmente por parte de usuarios que residen en zonas de unifamiliares, adosados y chalets: R-66, la Sierrilla, La Mejostilla, Ceres Golf...

"La demanda ha crecido en todos los sistemas de seguridad domiciliaria por la influencia de este miedo a los asaltos. En general la gente suele solicitar un primer presupuesto, y alrededor del 30% lo aceptan finalmente. Nosotros les aconsejamos el servicio más adecuado en función de la vivienda y de lo que realmente quieren: una alarma, protección interna o externa...", precisa Rafael Rodríguez.

900 EUROS DE MEDIA Los sistemas de seguridad oscilan entre los 350 euros (una alarma sonora para disuadir a los asaltantes y pegatinas que avisan de su existencia), hasta cifras bastante más elevadas en virtud de las exigencias de cada cual, aunque en Cáceres, de momento, todavía nadie ha solicitado una habitación del pánico según Prosegur. Pero la media se sitúa en 900 euros, que incluye la instalación de una alarma conectada con una central receptora las 24 horas, todos los días del año, que telefonea al usuario en cuanto se dispara (incluye tres detectores, teclado...). Una vez en marcha, la cuota de conexión a la central oscila entre 20 y 35 euros al mes.

Actualmente, y dadas las circunstancias, muchos clientes refuerzan este mecanismo con un nuevo servicio: un vigilante se desplaza in situ a la vivienda cuando salta la alarma, con unas llaves custodiadas en cajas fuertes que le permiten entrar y comprobar si todo marcha bien.