Confundir a la opinión pública con verdades a medias es fácil y por eso creo necesario aclarar ciertos conceptos sobre el abastecimiento de agua a Cáceres. ¿Cuándo comienza el problema? Exactamente desde que terminan los estudios de caudales en el abastecimiento anterior, en 1969. Cuando se gesta el Guadiloba, se advierte que el horizonte del estudio es de 25 años y que pasado ese tiempo no sería estable ni suficiente el abastecimiento a la ciudad. Por esto, todas las corporaciones han intentado la ejecución de un nuevo proyecto, no solo por la sequía sino con carácter general. Para entender el problema necesitamos retraernos a noviembre de 1995, cuando técnicos de la CHT ponen de manifiesto en un estudio la imposibilidad de satisfacer las demandas asociadas al Guadiloba

El 2 de junio del 2001, el BOE anuncia el concurso para la redacción del proyecto de regulación del río Almonte, concurso que es adjudicado a la empresa GYGSA, que propone las soluciones al abastecimiento a Cáceres no solamente desde el río Almonte sino que aporta otras desde los ríos Tamuja y Magasca, dando entrada en distintas alternativas a los aportes de los ríos Garcíaz y Tozo.

En enero de 2003 se somete a evaluación de impacto ambiental el proyecto de obras. Sabemos que con todas las alegaciones recibidas se elige como más favorable la construcción de una nueva presa en el río Almonte, cerca de Monroy, pero no se llega a efectuar el estudio de impacto ambiental. Cambia el Gobierno central y el proyecto Almonte-Monroy se dictamina negativamente por Medio Ambiente. En la misma resolución se propone la presa de Portaje, a 68 kilómetros de la capital y sin agua suficiente para solucionar el abastecimiento a Cáceres. Y se hace sin previo estudio y sin haber informado al Ayuntamiento de Cáceres. Estimo que en el cambio de plan sí ha existido un motivo político, quizás basado en dar un más protagonismo al ´ecologismo´, pues las explicaciones vinieron después y técnicamente pueden y deben ser refutadas.

Me considero amante de la naturaleza pero pienso que algunas alteraciones son positivas. Si nos fijamos en el río Guadiloba vemos que en los 60 la única vida que tenía en sus aguas eran pardillas y galápagos, así como perdices, avutardas, liebres y conejos en sus alrededores. En la actualidad, con el embalse se contabilizan desde el observatorio de aves del Guadipark 60 especies de aves, y en sus aguas pueden pescarse carpas, barbos y tencas, manteniéndose las mismas especies en el entorno.

Creemos que con un buen estudio de impacto ambiental se hubieran mitigado las consecuencias adversas que pudieran producirse. Por otro lado, creemos que es más negativo el perjuicio ecológico que se deriva de la solución elegida. En el proyecto que se piensa realizar existen tres elevaciones que deben realizarse mediante energía eléctrica; que se obtiene mediante energía térmica en su mayor parte, con el consiguiente CO2, o nuclear, con las lógicas radiaciones.

En segundo lugar, se especifica que con Portaje y el trasvase al mismo de agua de Gabriel y Galán se asegura el abastecimiento a Cáceres y 13 localidades más. No estamos de acuerdo. Portaje no tiene agua para suministrar de forma estable a estas poblaciones, necesitaría la recarga continua desde Gabriel y Galán y los derechos del mismo están en poder de los regantes del Alagón, siendo los excedentes propiedad de Iberdrola.

Se dice que el agua de la margen derecha del Tajo es de mejor calidad que la del margen izquierdo. No lo pongo en duda cuando se trata de agua que discurre por el terreno libremente, pero la entidad del abastecimiento no permite realizar una captación en esta modalidad, tenemos que realizarla sobre un embalse. De los análisis realizados el mismo día a la misma hora y a igual profundidad los pantanos de Portaje y Guadiloba, se desprende que la calidad es ligeramente superior en el último.

Por último, se afirma que esta agua sería más económica. No quiero cansarles con números, pero puedo demostrar que al precio que hoy nos sale el agua habría que añadir al menos 0,76 euros/m3 en el caso de trasvase de agua y al menos 0,50 euros sin tener que usar un solo m3. Anoten, porque los 91 millones de euros que vale la obra no los abona el Gobierno o la Junta, como pudiera deducirse, nos lo repercuten en 50 años, más otra repercusión como canon de regulación del Alagón y el 75% del costo de la presa de Portaje a 25 años; y a ello le suman las tarifas eléctricas de tres elevaciones, el mantenimiento de 68 kms de tubería, las pérdidas por caudales ecológicos, evaporaciones y filtraciones... ¿Puede este agua salir más económica que otra que se logre de un proyecto de menor coste y una sola elevación? Si le une que con un estudio sencillo y un mínimo gasto aprovecharíamos la caída libre del agua para producir la energía necesaria para la elevación, miel sobre hojuela.

Con un poco de la coherencia que se le supone a la ministra de Medio Ambiente, podría dar marcha atrás al proyecto elegido y volver al 2002. Pero como pienso que ello no va a ser posible, al menos podría dejarse el proyecto aparcado y buscar entre todos una solución definitiva.