A Vicente Machacón le diagnosticaron hace seis años un tumor en el cerebro que le llevó a replantearse su manera de vivir. Los médicos le prohibieron trabajar y él se vino abajo. Un día, la psicóloga de la Asociación Española Contra el Cáncer de Cáceres le dijo que cogiera un pincel y un lienzo y que comenzase a pintar como terapia. Ahora se ha convertido en un artista, que ha expuesto en varias ocasiones en la ciudad y fuera de ella, como en Madrid. Desde ayer exhibe sus obras en Cocemfe.

Pinturas , como se llama la muestra, cuenta con una veintena de obras en acrílico de temas variados: "Me inspira mucho el mar. Pinto en acrílico porque el olor del óleo es muy fuerte y no me lo recomiendan", explica Vicente. Nunca antes se había dedicado al arte, sin embargo le ha servido como terapia psicológica. "Me viene muy bien pintar. Mi primer cuadro tenía mucho sufrimiento, pinté un señor que estaba llorando con un cuervo al lado. Pero poco a poco mis pinturas fueron mucho más alegres", señala. Aquel hombre llorando reflejaba cómo se sentía entonces, cuando acababan de diagnosticarle su enfermedad: "La vida me ha enseñado que hay que seguir hacia delante, sobre todo por los que te rodean. En realidad yo me siento muy afortunado porque puedo seguir con mi vida", dice.

Ayer también inauguró su exposición Benjamín Domínguez, que trabaja en la recepción de Cocemfe. Su muestra, Casas hurdanas , consiste en la exposición de pequeñas réplicas de las antiguas casas de Las Hurdes construidas en piedra. Benjamín sufrió un accidente laboral que ahora le impide también continuar con su anterior trabajo. Desde entonces usa sus manos para labrar con unas tenazas estas construcciones y ayudar, así, a que no caigan en el olvido.