El abogado cacereño Vicente Murillo dio anoche el pistoletazo de salida a los actos del novenario de la Virgen de la Montaña con la lectura del pregón ante el auditorio completo del Aula de Cultura de Caja de Extremadura.

El director del antiguo Instituto Nacional de Previsión durante el periodo comprendido entre 1970 y 1978 glosó en su discurso sobre cada uno de los misterios marianos del rosario. Su primera intención, dijo, "fue intentar imaginar el pregón que a la Virgen le hubiera gustado y la mejor manera de averiguarlo era escuchando a la propia Virgen María en las más señaladas de sus apariciones".

Murillo, que fue presentado por el médico José Luis Javato González de la Riva, repasó, entre otros, los misterios de Lourdes o de la Santísima Trinidad que aderezó con fragmentos de poemas de distintos autores como Lope de Vega, Gerardo Diego o Manuel Fernández Sanz.

Su devoción "desde la niñez" a la Virgen quedó reflejado, con sentimiento emocionado, en el tramo final de su pregón: "Cauce de gracias y bendiciones, le contamos nuestras alegrías, nuestras penas, nuestras esperanzas, sin que olvidemos nunca expresarle nuestro agradecimiento por sus infinitas bondades".

La lectura sirvió también a Murillo, alumno de los Franciscanos, para volver la vista atrás y recordar que la patrona llegaba siempre en época de exámenes: "Las peticiones fueron las mismas: salud para mis padres y hermanos y ayuda para superar las pruebas escolares".