Isla Decepción es realmente un volcán activo cuya erupción de 1969 destruyó una base chilena y otra británica. La misión española se mantiene siempre alerta ante cualquier movimiento sísmico. El cráter se encuentra abierto por un lateral e inundado por el mar: es el único paso para los barcos, muy complejo. El calor geotermal convierte la isla en un lugar excepcional de la Antártida que no se congela: las placas de hielo cubiertas por materiales de erupciones dan lugar a los llamados ‘glaciares negros’, que contrastan con el blanco polar. En Decepción quedan restos del único asentamiento permanente que ha habido en la Antártida, poblado por balleneros.