La patrona de los cacereños brilló ayer con todo su esplendor en la primera jornada del novenario. Las puertas de la concatedral de Santa María se abrieron puntualmente a las ocho de la mañana y se cerraron a medianoche. El desfile de ciudadanos de todas las edades fue continuo durante toda la jornada, que coincidió con los preparativos para la noche de San Jorge.

A diferencia de lo ocurrido el pasado miércoles en el recibimiento en Fuente Concejo, esta vez sí acompañó el buen tiempo. Los accesos a la plaza de Santa María eran un hervidero poco antes de las 19.30, hora fijada para la celebración del rosario y la novena que fueron predicadas por Fray Juan Manuel Díaz Buiza, guardián de la fraternidad Santa María de los Angeles.

SEGUNDO MANTO Los cultos se repitieron durante la mañana y la tarde en el templo de la parte antigua que mostraba el aspecto de las mejores ocasiones. La Virgen lucía un manto de raso verde bordado al realce con hilo de plata, ramas de hojas y frutas, y una gran cenefa con áncoras y salvavidas.

La Cofradía de la Montaña tiene previsto vestir a la imagen con 11 mantos durante su estancia en la concatedral. El más significativo será el que donó la reina Isabel II y con el que fue coronada canónicamente la Virgen.

En el cartel conmemorativo la Montaña aparece este año con el manto regalado en el 2003 por los hermanos de la cofradía. El próximo 2 de mayo, día del regreso al santuario, la patrona cacereña subirá con el manto rojo con el que le obsequió la cofradía en el año 1998.

Los actos previstos por la cofradía incluyen el próximo miércoles la bendición de los nacidos durante el último año, que serán arropados por el manto de la Virgen. El año pasado más de 200 niños pasaron por la concatedral. La cofradía esperar superar la cifra de 300 por el aumento de la natalidad.