Una de las cuestiones que no forma parte del Plan de Inclusión Social para Aldea Moret pero que la concejala de Asuntos Sociales considera fundamental para la normalización del barrio es la regularización de las viviendas sociales. El Imas ha empezado un programa de adjudicaciones a familias para que éstas asuman la propiedad de la casa que habitan a cambio de ciertos compromisos: hacer frente a unos pagos, visitas médicas, que los niños vayan a clase o que los padres asistan a unos talleres de empleo. Si en 6 meses no cumplen con esos compromisos, se les retira la propiedad.

Una particularidad es que las viviendas se han puesto a nombre de las mujeres, no de los hombres.