Un grupo de vecinos del bloque 11 de la calle Lucas Burgos Capdevielle espera a los periodistas en el portal del edificio. Hay niños acompañados de sus padres. La primera visión es la del portero automático, destrozado y sin uso. Por los buzones parece que ha pasado un elefante.

Pero lo peor está por llegar todavía. En los rellanos de las escaleras las paredes están destrozadas y algunas han sido quemadas. "Antes vivíamos aquí 28 vecinos. Ahora sólo quedamos nueve. Vivimos peor que los animales", explica una vecina que asegura que nunca deja su casa sin gente para evitar robos.

A Agustín, un tapicero que trabaja en Madrid, le rompieron la pared del salón para entrar en su vivienda. Otro vecino sentencia: "Dilo claro y agresivo. La culpa la tiene el alcalde. Han inaugurado el castillete y por aquí no han venido", en alusión al centro en la mina de la Abundancia. Mientras tanto, los niños juegan en los pasillos.