Fernando Durán, biólogo y profesor de la Universidad Laboral, apostó por el casco histórico porque "es como vivir en otro tiempo" y afirma que así evita el bullicio de la ciudad. Invirtió 120.000 euros (20 millones de pesetas) en comprar una casa rehabilitada que albergaba uno de los antiguos baños árabes. Durán señala que "la relación del vecindario es como en un pueblo", aunque opina que se debería eliminar el cableado y que sólo entraran los vehículos de los residentes em la zona.