Desde el martes un pedacito de la moda montehermoseña luce en plena calle Serrano. Lo hace de la mano de Vogue, la revista española de moda por excelencia, que ha escogido el traje típico de esta localidad cacereña (vestido y gorra) para publicitar el 30 aniversario de la publicación. En el cartel una modelo luce el traje regional, con una gorra de las más antiguas que existen. Forma parte de una exposición en la que Montehermoso comparte espacio con otras fotografías emblemáticas de la revista.

El interés de Vogue por Montehermoso nació hace justo un año, cuando el diseñador Miguel Becer (Cáceres, 1985), cabeza visible de Mané Mané, presentó su colección con gorras de montehermoseña a juego con sus creaciones en la Fashion Week. Los elaboró para él María José González, una montehermoseña de 31 años que se ha criado entre costuras. Trabaja el bálago (material con el que se elaboran estos complementos) como pocos, porque nació, como quien dice, entre gorras de Montehermoso. En 1950 su bisabuela inauguró el taller en el que ella trabaja actualmente, en Monhermoso, negocio que ha pasado de generación en generación llegando a la suya. Ya es la cuarta y se ha sabido adaptar a las nuevas tendencias. Tanto que, gracias a ella, la gorra de montehermoso se ha subido a las pasarelas.

En ello tiene mucho que ver Miguel Becer, experto en fusionar modernidad y tradición en su forma de entender la moda. Ganó en 2015 el certamen de nuevos talentos de Vogue, seduciendo al jurado con su interpretación del refajo y una colección con la que rindió homenaje a este tipo de bordados. Un año después, decidió ponerse en contacto con María José González para lanzar su colección con la gorra montehermoseña como protagonista. Ella elaboró seis sombreros, de diferentes colores. Sin embargo, en esta ocasión sustituyó el bálago por las telas, porque combinaban mejor con la colección del cacereño, que trabajó para Juan Vidal, Ángel Schlesser y Bimba y Lola. El resultado fue una delicia.

Aquel desfile fue una revolución y ha conseguido que otros muchos diseñadores se interesen por la moda tradicional de esta región. Solo en este año se han puesto en contacto con María José tres referentes de la alta costura: Marina Conde, de La Condesa, MB Colecciones, que comercializa sandalias en Mallorca, y Atelier Mimi, de París. Para el primero y para la marca parisina, González elabora sombreros. Para la marca mallorquina, bolsos, tejidos también con bálago.

A pesar de haberse situado en solo un año en la cuna de la alta costura, María José no quiere alardear de ello. «Lo que quiero es tener trabajo, me siento satisfecha con seguir teniendo abierta mi tienda y trabajar, sea para quien sea», señala. Ella comenzó a tejer hace cinco años, cuando tenía 26, después de que acabara sus estudios de Informática. «Estudié esa carrera por si esto no funcionaba poder dedicarme a otra cosa», añade. Pero va viento en popa y en estos años ha conseguido situar la artesanía cacereña en la cima de la moda.