La llegada de los bancos con sistema de calefacción incorporado en la parte de abajo pone fin a la dilatada rehabilitación de Santa María, que comenzó hace más de un año. Los asientos, fabricados artesanalmente en Finlandia para no dañar el valioso suelo del templo, se recibieron a finales de la semana pasada y ayer los operarios se afanaban en su colocación y limpieza. El deán del Cabildo Catedral, José Antonio Fuentes, calcula que a últimos de esta semana estarán listos y la concatedral recuperará su normalidad.

El 25 de marzo se celebrará la primera boda en una concatedral recién remozada y que lleva más de un año sin albergar enlaces matrimoniales. Además, la madrugada del Jueves Santo recibirá al Cristo Negro, que este año sí podrá recogerse en su casa, la concatedral cacereña, a pesar de que la procesión, tal y como han decidido los hermanos de la cofradía, volverá a salir de la Preciosa Sangre como el pasado año, ya que el cristo se encuentra recogido en esa iglesia desde que comenzaron los trabajos de rehabilitación en Santa María.

El final de las obras supone también la vuelta a la normalidad del novenario de la Virgen de la Montaña. En mayo la patrona de Cáceres se instalará como es tradición en el altar de Santa María y no en Santo Domingo como el año pasado --las obras hicieron también cambiar el recorrido de la procesión de subida y bajada de la Virgen y por primera vez en la historia ésta se alojó en una iglesia diferente a la concatedral--.

Santa María ha afrontado su reforma más completa en toda su historia que ha permitido, no solo atajar el mal de la piedra que estaba destruyendo los sillares de granito, sino también limpiar el suelo y recuperar las lápidas que lo cubren y mejorar y modernizar el sistema de calefación del templo. La actuación se ha completado con dos intervenciones en el retablo mayor y el de La Dolorosa, para realizar pequeñas actuaciones de conservación y limpieza, y la recuperación de las pinturas alegóricas que cubren el ábside del presbiterio y que apenas eran ya perceptibles por la acumulación de suciedad y restos de humo.

Esta ha sido la tercera y última fase de un dilatado proyecto de rehabilitación integral que planificó el Ministerio de Cultura y que comenzó a realizarse en 2001 (torre y campanario), continuó en 2004 (fachada y portada norte) y culmina con esta actuación, la de más envergadura, con un presupuesto de 952.820 euros aportados por el ministerio y el Cabildo. Después de un año de trabajos, la concatedral espera ya sus primeros acontecimientos.