Los últimos días de lluvias intensas en Cáceres han traído de nuevo las goteras al IES Universidad Laboral. Este hecho, que se puede dar en otros centros, viviendas y locales de la capital debido a la abundancia de precipitaciones, tiene en la Laboral el carácter de recurrente. Cada vez que llueve intensamente, las goteras se reproducen por pasillos, despachos, aulas y demás instalaciones del centro.

Para el director del IES Universidad Laboral, Andrés Talavero, el hecho de que haya goteras «no es un problema» para el desarrollo normal de la actividad docente.

Cuando vuelven las goteras, para evitar accidentes y que las clases se puedan impartir, se colocan cubos para acumular el agua que cae del techo y mantas por los pasillos, aulas y demás instalaciones para que no se produzcan caídas. De hecho, en el propio despacho del director hay una manta debajo de una gotera.

El IES Universidad Laboral es uno de los centros educativos más grandes de toda Extremadura. Cuenta con 1.300 alumnos y, 200 empleados, en unas instalaciones que ocupan ocho hectáreas de terreno, de las cuales, tres están construidas. Según Talavero, el centro tiene «unos problemas de cubiertas tremendo, lo sabe la consejería y estamos manos a la obra para resolverlo».

La explicación que ofrece el director del IES Universidad Laboral es que la cubierta pintada de rojo de parte de las instalaciones lleva un componente de cobre que «se contrae y dilata» según haga calor o frío, lo que facilita que tenga grietas y se filtre el agua cuando llueve mucho, como ha ocurrido estos días.

A esto se suma que «si los techos son inmensos», por las dimensiones del centro, «y tienen cierta inclinación», se reproduzcan las goteras, en opinión de Andrés Talavero. «Sería fenómeno que no las hubiera», pero la laboral «tiene una estructura y una problemática que habrá que resolver y que es muy costosa», añade el director.

Esta situación no dificulta «en absoluto», en criterio de Andrés Talavero, las clases, cuando «hay humedades porque tienen goteras, cambiamos a los alumnos», y añade, «ninguno se está mojando dando clases».

En la zona donde hay 150 estudiantes residentes, según Talavero, «no hay ningún problema», ya que el edificio donde se alojan tiene una cubierta de tejas que se ha arreglado cuando ha sido necesario.

Para los alumnos consultados por este diario, las goteras sí son un problema con el que conviven cada vez que llueve torrencialmente, «el año pasado no hubo», apunta una chica.

La Laboral espera albergar también en los próximos años el Centro de Profesores y Recursos y el Conservatorio de Cáceres, lo que traerá cambios a las instalaciones, «donde las cubiertas van a ser una reparación importante», espera su director.