El propietario de Waechtersbach, Alejandro Rodríguez Carmona, desvela la causa por la que ha tomado el camino del cierre: la caída de ventas que sufre el sector de la cerámica a causa de la competencia asiática, que ha reducido los ingresos de la fábrica cacereña a la mitad en cuatro años y eleva de nuevo su deuda a 3,2 millones de euros, distribuidos entre 150 acreedores. Así lo indica en la documentación presentada el pasado día 30 ante el juzgado para solicitar el inicio de un concurso de acreedores y la liquidación definitiva de la planta, según comunicaron ayer a este diario fuentes judiciales.

Los ingresos por ventas se han reducido de 4,5 millones de euros en el 2002 a 2,6 en el 2004. En este ejercicio las pérdidas se elevaron a 338.500 euros, y de enero a junio del 2005 a 321.000, según los datos aportados por la empresa a los que ha accedido El PERIODICO. Precisamente, un estudio de la consultora madrileña DT auguraba hace un mes que las perspectivas continuarían siendo negativas, informe que decidió finalmente al empresario a pedir el cierre.

Y es que el sector de la cerámica, al igual que el textil, se deslocaliza por la globalización: deja el occidente europeo para instalarse en el Este y Asia (China, Corea...) y pagar menos costes. De hecho, la empresa recuerda que otras fábricas de España y Portugal también están en recesión.

Además, Carmona defiende en los documentos presentados ante el juzgado su ilusión inicial por sacar la fábrica de la primera quiebra (año 2002), los viajes para abrir mercado en otros países, el plan de renovación tecnológica y de nuevos diseños... En total ha realizado tres ampliaciones de capital de 240.000, 900.000 y 300.000 euros.

LA CAIDA Pero, pese a todo, en el 2004 los pedidos cayeron por debajo de las previsiones. Los recortes de producción y salarios realizados por la fábrica entre octubre del 2004 y marzo del 2005, orientados a aliviar las tensiones de liquidez, tampoco sirvieron de nada. La empresa redujo incluso su capital social en 340.000 euros este verano para mantener el equilibrio que exige la ley respecto al haber de la planta, y evitar su disolución.

De todos modos, Waechtersbach ha cumplido hasta ahora los pagos acordados en la primera quiebra. Aun así, y siempre según los datos aportados por la empresa (deben ser analizados por la administración concursal), la deuda asciende ahora a 3.278.775 euros y a esta cifra hay que añadir los 2,2 millones de euros condonados por los acreedores en la primera quiebra (un 50,6% del total), si la empresa cierra y no cumple el convenio.

Los administradores judiciales disponen hasta el 7 de diciembre para emitir su informe sobre la fábrica antes de iniciar la liquidación expresamente solicitada, y por ahora parece casi imposible que aparezca un nuevo empresario. De momento, la plantilla siguió ayer trabajando en los pedidos pendientes, sobre todo de El Corte Inglés y de la distribuidora estadounidense Pier 1, que garantizan la producción hasta mediados de noviembre.

Por su parte, este diario informó ayer por error que la Junta de Extremadura no había emitido el martes su opinión sobre la situación de la fábrica, y sí lo hizo a través de un correo electrónico remitido a las 19.00 horas. En él, recuerda la competencia exclusiva del juez de lo Mercantil en este caso, las gestiones realizadas por el gobierno regional en el proceso y su pesar por las pérdidas de los empleos.