"Hemos empezado a ver la luz, los pedidos comienzan a llegar de EEUU, Méjico, Holanda y España, y hay varios cobros ya pendientes. Si los trabajadores realizan ahora los paros, podría ser el fin de la empresa". Así de tajante se mostró ayer Alejandro Rodríguez Carmona, propietario de Waechtersbach, una fábrica de cerámicas que salió de la quiebra en el 2002 pero no levanta el vuelo. Los 90 empleados han convocado paros diarios de cuatro horas del 20 de abril al 14 de mayo, en protesta por el impago de la nómina de marzo, del IPC 2004 y 2005, y de los incentivos.

Carmona, que tomó las riendas de la fábrica hace dos años, presentó ayer una contraoferta de once puntos, pero los trabajadores aseguran que ya no tienen confianza. "Su propuesta habla de nuestros derechos recogidos en convenio, de modo que no tenemos que negociarlos de otra forma. Y además, no da fechas para el pago de los atrasos. Ya estamos cansados de apretarnos el cinturón", explicaron los miembros del comité de empresa.

La plantilla afirma que Carmona reconoce sus derechos, aunque alega que ahora no hay dinero. "Nadie quiere cerrar la fábrica, pero no podemos aguantar las condiciones", indican.