TAt la Consejera de Cultura, como a cada hijo de vecino, le asiste todo el derecho a tener una opinión sobre el Womad. Que esta era desfavorable lo sabía mucha gente pues ella no se ha privado de "largar" generosamente siempre que ha tenido ocasión. Ahora trata de salir airosa de una situación que la deja en muy mal lugar y asegura que todas sus palabras y actos anteriores eran una estrategia para lograr un festival de mayor calidad.

Si eso era así ¿por qué afirmó que no habría Womad?. La realidad es que se ha tenido que tragar sus palabras y anunciar una negociación, en la que no participó, debido a la presión de la alcaldesa, el presidente de la diputación, el de la Junta y algunos ciudadanos. Las que eran condiciones para sentarse a hablar pasaron a ser propuestas a negociar. Las primeras eran una invitación a la ruptura. Las segundas abren campos se entendimiento.

Si hay Womad no será gracias a ella sino pese a ella. Muchos de los que ella llama logros son actuaciones que la empresa deseaba y el consorcio había vetado otros años. Si continúa en el cargo y tiene fuerzas para ello, la campaña del 2016 le concederá muchas oportunidades de organizar cuantos festivales le parezcan oportunos y con el formato que crea más adecuado.