Hace solo un mes que llegó al cargo y confiesa haber sentido vértigo por el reto que supone asumir la gerencia del área de salud en mitad de una pandemia sin precedentes. David Zambrano (Fuente del Maestre, 45 años) vivió también de cerca la primera ola como director médico del hospital Universitario; no sabe si se cometieron errores pero sí reconoce que esos meses les sirvieron para estar más preparados para esta segunda, donde los protocolos se han puesto en marcha mucho antes. Se enfrenta a un nuevo reto: una posible tercera ola, a la confiesa temer, que habrá que gestionar con la gripe, lo que puede volver a desbordar los hospitales. Mientras tanto, el área de salud de Cáceres se prepara para la ansiada vacuna.

-Es un momento complicado, cómo afronta el reto?

-Con ganas e ilusión, aunque confieso que da vértigo porque la situación es muy complicada. He vivido como gestor momentos difíciles, como el traslado del hospital o una huelga de residentes, pero esto es muy diferente.

-¿En qué situación se encuentran en estos momentos los hospitales de la ciudad? ¿Y las UCIS?

-Estamos bastante bien en cuanto a presión asistencial (ayer había 47 hospitalizados). No tiene nada que ver con la ocupación de la primera ola, cuando llegó a haber 220 pacientes. En la UCI pasa igual, llegamos a tener 25 pacientes (ayer había cuatro) entre la del San Pedro y la del Universitario, que se convirtió en UCI covid. Esto obligó a abrir una tercera para pacientes graves no covid. Lo que nos sigue preocupando es la mortalidad porque sigue siendo alta.

-Cáceres sigue siendo ahora mismo el área de salud con más presión asistencial, a pesar de que no es la que tiene más contagios. ¿Qué tenemos los cacereños que parece que nos afecta más?

-Es una incógnita, pasa lo mismo que con la agresividad del virus, no se sabe por qué ataca más a unas personas que a otras en las mismas condiciones, con la misma edad e incluso sin patologías. En la primera ola creíamos que podía ser por la cercanía con Madrid, Castilla la Macha o Castilla y León, que estaban muy afectadas. Y en esta segunda ola es verdad que volvemos a ser el área con más hospitalizados. Hubo semanas en que Mérida y Badajoz tuvieron muchos más que nosotros, pero ellos han bajado bastante la presión y nosotros no hemos bajado tanto. No sabemos por qué. En Cáceres solo conseguimos bajar la presión hospitalaria con el confinamiento total, hubo días en julio con ningún paciente ingresado.

-Llama la atención también que Badajoz ha dado 1.200 altas más que Cáceres desde marzo, ¿se está estudiando todo esto?

-En estos momentos no, pero estoy seguro de que saldrán estudios. El virus es muy desconocido y no se está comportando como nos esperábamos.

-Cáceres acumula casi el 40% de los fallecidos y somos el único área de salud que ha perdido a dos médicos en activo…

-Los fallecimientos es lo que más duele y más preocupa. No son números, un fallecido es un fallecido porque tenía su familia, sus amigos,… Y sigue siendo un fallecido aunque tenga 104 años, que ha sido la persona con más edad que hemos perdido en Cáceres. Perdimos a una pediatra, a un médico de familia y a un informático que trabajaba en la gerencia del área de salud, los fallecimientos entre los compañeros cuestan.

-Parece que ha bajado la presión asistencial pero ¿cómo se encuentra el personal sanitario?

-Está mucho más preparado, tenemos muchos más medios y conocemos mucho más del virus, lo que ayuda a atender mejor a los pacientes. Pero lo que sí es verdad es que hay un cansancio y una fatiga tanto física como psíquica, la famosa fatiga mental de la pandemia. Empezamos en marzo y desde el principio fuimos el área más afectada y aunque ahora no hay tantos pacientes ingresados como entonces, son pacientes que necesitan muchos cuidados y muchas demandas porque están muy graves. A lo que se une la mella psíquica entre nuestros profesionales de los fallecimientos.

-Se acercan las navidades, ¿hay miedo a revivir un marzo el próximo mes de enero?

-Yo personalmente sí tengo miedo y temor a que, dependiendo de cómo sea el comportamiento social de la población, repercuta. Tenemos la experiencia del verano, es un virus que no sabe de fronteras y se ve que a más movilidad y cuando bajamos la guardia, aprovecha para atacar. Según las estadísticas, a más movilidad o relajación de medidas sociales aumentan los contagios a la semana y a las dos semanas crece la presión hospitalaria y la ocupación de las UCIs. Son navidades, y es verdad que tiene que haber un equilibrio entre los social, lo económico y lo sanitario, pero sin salud, al final no hay economía ni relaciones sociales ni familiares. Así que hago un llamamiento a que la gente respete las medidas, será una navidad distinta pero hay que seguir manteniendo la guardia. La gente está cansada pero están próximas las vacunas y es el último esfuerzo para intentar que el año que viene sea lo más normal posible.

-¿Cómo va a pasar la navidad?

-Con mi mujer, mis dos hijos y mis padres. Es verdad que se puede hasta diez pero eso no quiere decir que obligatoriamente tenga que ser así. Si se puede, cuantos menos y cuanta menos movilidad, mejor. Y si es con tu núcleo de convivencia, mucho mejor.

-Y en enero nos espera también la gripe…

-Si la navidad se descontrola socialmente, tenemos el riesgo de que en enero se nos junte la gripe con el covid. Eso puede hacer que la presión asistencial sea grande.

-¿Cree que será necesario abrir el Nuestra Señora de la Montaña?

-Más que creer, lo que deseo es que no se abra. El hospital sigue estando preparado y el personal está disponible y no se va a desmontar hasta que no veamos cómo evoluciona la navidad, pero ojalá no se tenga que abrir.

-Se criticó mucho la apertura del Universitario porque estaba incompleto, pero ha sido la salvación en esta pandemia…

-Sí. Al principio se hablaba de que se abrió un medio hospital pero se ha convertido en un hospital y medio. Que estuviera disponible nos ha permitido mantener la actividad asistencial en el Universitario y hacer un cortafuegos al covid en el San Pedro de Alcántara. Además, el Nuestra Señora de la Montaña sirvió de para que el Universitario no se colapsara.

-Estuvo también en el equipo directivo en la primera ola, ¿qué se ha aprendido para esta segunda?

-Sabemos bastante más del virus. Tuvimos que aprender sobre la marcha y sobre todo nosotros, que fuimos los más afectados. A nivel mundial, además, se infravaloró. La primera ola nos ha enseñado a tener grandes planes de contingencia en esta segunda, no es que no hubiera en la primera, sino que se cambiaban mucho porque desconocíamos muchas cosas. Ahora los hicimos desde el principio porque aprendimos a manejar mejor la situación.

-¿Cómo va a gestionar el área de salud de Cáceres la vacuna del covid-19? ¿Estamos preparados?

-Vamos a seguir las directrices del Ministerio, los primeros serán los residentes de centros sociosanitarios, los profesionales de estos centros y el personal sanitario. Nos estamos preparando, aun sin saber todavía si quiera cuál va a ser la vacuna. Probablemente será la de Pfizer, que habrá que ponerla en dos dosis y tiene que conservarse a baja temperatura. Ya tenemos los congeladores preparados para almacenarla y estamos elaborando los listados de las primeras personas candidatas a la vacuna.

-¿Dónde están los congeladores?

-En los hospitales, los habrá en Cáceres y en Badajoz y estarán custodiados porque necesitan grandes medidas de seguridad para prevenir que cualquier corte de luz haga que se pierdan las dosis.

-¿Cómo van las obras en el Nuestra Señora de la Montaña? ¿Hay alguna idea de cuándo podría estar listo el PAC y trasladarse el centro de salud Zona Centro?

-Si todo va bien, en el primer trimestre del próximo año.

-Se ha retrasado la puesta en marcha del acelerador lineal. ¿Cuándo empezará a funcionar?

Se ha retrasado porque tenían que venir técnicos de Alemania para calibrarlo y no pudieron por el coronavirus. La idea es que empiece en el primer trimestre.

-¿Seguiremos sin unidad de cirugía vascular?

Ponerla no depende de nosotros. El cierre es temporal porque no había ningún facultativo disponible. Yo quiero que vuelva, obviamente creo que es un servicio más que damos a la población y está la instalación preparada, con sus quirófanos y sus consultas.