Valladolid, 3-1-1982. Ha vivido casi toda la vida en Cáceres. Hijo del maestro coreano de taekwondo Kim Young Goo.

--¿Cómo es tener como padre a una persona tan respetada como el maestro Kim?

--Por supuesto que es un orgullo para mí. Me pasa a menudo cuando voy a hacer algo y saben que soy el "hijo del maestro" me tratan estupendamente, me cuentan alguna anécdota suya y me dan recuerdos para él. A la vez es una gran responsabilidad mantener el buen nombre que tiene nuestra familia aquí en Cáceres.

--¿Quién gana últimamente en los combates de taekwondo en los que se enfrentan los dos?

--En eso no hay duda. Ni antes, ni ahora. No hay nada que hacer contra él. Tengo más fuerza, pero sus capacidades son innatas. Solo con mirarte sabes por dónde le vas a atacar y no eres capaz de darle. Sabe perfectamente lo que vas a hacer en cada momento. Creo que nunca, en un combate, le han llegado a dar en la cara.

--Tras vivir los últimos casi 30 años en Cáceres, ¿le costaría a su familia trasladarse de nuevo a Corea, su país de origen?

--Por una parte, a mi padre y a mi madre estarían encantados por volver a estar con su familia y amigos de allí, por los paisajes y la gastronomía, pero por otra parte no podrían dejar en España a su familia y amigos de Cáceres que les han aportado tantos buenos momentos durante todo este tiempo que han pasado aquí.

--¿Qué es lo que más le ha extrañado cuando ha viajado hasta allí?

--Yo creo que la forma de trabajar. Aquí se trabaja para vivir, en Corea se vive para trabajar. Es gran diferencia.

--Estudió Ciencias del Deporte. ¿Qué tal le va laboralmente?

--La verdad es que estupendamente, por suerte. Después de estar cinco años trabajando en el Perú Wellness, actualmente sigo impartiendo clases de taekwondo, body combat y tonificación en el gimnasio Tae Guk Kim. Llevo la secretaría de la Federación Extremeña de Taekwondo. Y además soy el preparador físico del golfista Jorge Campillo. Y en un futuro próximo, si todo sale bien, seré uno de los directores de la zona fitness de Padelonia.