El Gran Teatro viaja a Rusia este fin de semana. La compañía lírica extremeña regresa a la bombonera este domingo con una pieza de su repertorio ‘Katiuska, la mujer rusa’, la primera opereta del compositor Pablo Sorozábal. Interpretarán una versión de la pieza de zarzuela un elenco compuesto por una docena de cantantes líricos con la laureada Elena Rey a la cabeza. Ana Peromingo (soprano) Andrea Solís (contralto), Reme García (soprano), Lali Tovar, Juan-Sebastián García, Alfredo Martín (tenor), Fran García (barítono), Marcos Fernández (barítono), Miguel Martín (barítono), Gabriel Bustillo y Víctor Teomiro completan el plantel. Al frente de la música en directo estará el quinteto de cuerda Musicartex y Víctor Carbajo al piano. La función arranca a las 19.30 horas y a un día ya ha vendido prácticamente todo el aforo en el patio de butacas. Las entradas anticipadas cuestan 18 euros en el patio de butacas y 15 euros en la platea y los palcos.

Curiosamente Katiuska es un diminutivo de Ekaterina, nombre tradicional ruso que hizo popular en 1931 la pieza de zarzuela de Sorozábal en España. Contaba una historia sobre el exilio ruso de la aristocracia con motivo de la revolución rusa. El propósito de la compañía lírica extremeña a la hora de interpretar esta pieza es «evidenciar una vez más que uno de los títulos más consolidados en el mundo de la zarzuela sigue manteniendo la impronta de las grandes obras». En palabras a este diario, la fundadora y directora de la compañía, Paquita García, apunta que han aligerado la obra para que no se haga larga --tiene una duración de hora y media-- y destaca que contará con números «muy variados, neorrománticos, cómicos».

La compañía lleva más de un cuarto de siglo sobre las tablas. Fue fundada en 1990 por Paquita García y desde entonces su elenco ha recorrido la geografía extremeña y nacional para dar vida a zarzuelas completas, antologías líricas de ópera, operetas o musicales. Con respecto a estos años, asegura que en el caso de Cáceres «la zarzuela siempre está vigente, ha gozado de gran favor del público», pero reconoce la dificultad del género lírico para atraer a las nuevas generaciones. Eso sí, cuando lo conocen les gusta, confiesa. «Los jóvenes termina enganchándose», asegura García.

En cualquier caso, confiesa que el número de funciones ha disminuido. «Antes hacíamos hasta 12 al año», sostiene. Asegura que una de las mayores dificultades es que costear los desplazamientos para un elenco tan amplio que suma instrumentos y músicos. Otra de las vicisitudes que recoge es «mantenerse independente» y sobrevivir sin el respaldo del apoyo institucional. A pesar de eso, han pasado más de veinte años y «siguen adelante». Y mañana lo demostrarán en un viaje a Rusia sin salir del Gran Teatro.