Los que van teniendo ya una cierta edad echan de menos que los niños de ahora jueguen en la calle. Por eso fue una gran sorpresa para muchos ver convertida la calle Urbano González Serrano de Navalmoral (la mitad del trazado conocido como ´la peatonal´) en una gran zona de juegos.

Cientos de niños de toda Extremadura disfrutaron del XIV Día de Extremadura en un escenario ideal para ese tipo de acontecimientos deportivos. Se confirmó que fue un acierto de la Federación Extremeña de Baloncesto elegir esta zona del centro de la ciudad entre las que le ofreció el Ayuntamiento de Navalmoral cuando se decidió la ubicación.

Sin duda pesó, y mucho, el recuerdo del éxito que ya se consiguió en el año 2006 cuando la Plaza Mayor de Trujillo llevó también el baloncesto extremeño a la calle.

Mil niños

Casi un millar de niños y niñas de categoría benjamín y alevín, procedentes de treinta y un clubes llegados de veintidós poblaciones de la comunidad autónoma volvieron a componer un excepcional cuadro del futuro del baloncesto en Extremadura. Lástima que para muchos esta sea su única cita deportiva del año.

El Día del Minibasket es la concentración final de los Judex para este deporte, pero en algunos casos no ha habido más partidos en toda la temporada o apenas un par de concentraciones en total. Nadie duda de que es una actividad muy bien organizada y que supone un gran esfuerzo organizativo. Pero el baloncesto extremeño de base adolece de una gran escasez de competiciones en estas edades.

Y aunque el cielo nublado acompañó toda la jornada, la lluvia finalmente no alteró el desarrollo de las actividades previstas. Es más, fue tan oportuna su llegada que prácticamente comenzó a llover cuando ya los participantes se dirigían al recinto cubierto del Multiusos donde tuvo lugar el acto de clausura.

Atrás quedaban los partidos disputados en las trece canastas previamente habilitadas y los juegos en los ´castillos inflables´ en la morala Plaza de España, además de los momentos de convivencia y diversión entre todos los participantes, que fueron todo un éxito.

Todos volvieron a casa con una medalla...y una sonrisa. El baloncesto y la calle fueron suyos por un día.