Cinco de los nueve extremeños --de un total cercano a los doscientos aspirantes-- que el AC Milan seleccionó en las pruebas de su Escuela de Avila proceden de la cantera del Club Colegio Diocesano de Cáceres. Este club no para de aportar jugadores a distintos clubes y demuestra su trabajo desde la base.

Los cadetes Palomo y Jose y el juvenil Diego, este último a su vez seleccionado para ser probado en Italia, perfeccionan allí su fútbol con la ilusión de abrirse hueco en el difícil mundo del balompié. A ellos hay que añadir los nombres de los cadetes Espada y Eloy, que en algún momento también pertenecieron al club de la capital cacereña. Seguramente Vito Laudini, coordinador italiano de la escuela milanista en España hace llegar sus informes al denominado Milan Lab del club transalpino, donde analizan los progresos de los distintos jugadores que controlan durante varias temporadas.

García del Pozo, presidente de la academia rossonera en tierras abulenses, asegura que los citados informes son calificados como algo más que interesantes por los técnicos de la cantera milanista, lo que demuestra el excelente bagaje y la excelente labor que el longevo club cacereño viene realizando desde hace décadas en el fútbol base extremeño.