Este fin de semana ha sido positivo para mí en lo deportivo. Sin embargo, uno no es inmune, y ojalá nunca lo sea, a lo que sucede a nuestro alrededor y hay noticias que me hacen reflexionar en profundidad sobre algunos aspectos de la vida y del deporte y por suerte, gracias a mis amigos de El Periódico Extremadura, puedo compartir un trocito de dichas reflexiones con todos vosotros.

Este fin de semana conocí el infierno vivido por una deportista por culpa de una enfermedad relacionada con trastornos en la alimentación.

El deporte, como siempre intento transmitir en esta columna, tiene muchísimos e importantes valores que transmitir a las personas y tiene el potencial de mejorarlas al igual que a nuestra sociedad. Sin embargo, el deporte también tiene sus sombras, y no me refiero sólo al dopaje que tantos disgustos nos está dando últimamente, sino a otras sombras referidas a las grandes dosis de presión y de exigencia que genera, sobre todo cuando el objetivo es el alto rendimiento.

Los inicios en el deporte suelen ser muy tempranos, más en unos deportes que en otros. Esto marca mucho en las actitudes posteriores y es algo que debemos tener muy en cuenta padres, entrenadores y educadores a la hora de tratar con esos chavales que absorben todo lo que les llega.

A estas alturas mi dedicación al alto rendimiento, con 32 años, es voluntaria y consciente, pero cada día que pasa me alegro un poco de no haber sido una super estrella en mi deporte desde pequeño, de no haber vivido una avalancha de refuerzos positivos sobre una actividad, el deporte, sobre la que muchas veces no tienes control de tus resultados y que te puede convertir en un éxito-dependiente con el exceso de presión que ello conlleva. Llevarte a continuar con una actividad aunque esta no nos guste sólo porque somos los mejores y obtenemos un inmenso refuerzo por parte de los que nos rodean por ello.

Esto no significa que debemos evitar que nuestros niños compitan y hagan deporte, pero si que debemos tener cuidado con el refuerzo que le damos con el día a día y preocuparnos que les guste lo que hacen.