Es el Circuito Sub-20 una competición algo extraña, con un formato inédito en el baloncesto español. Clubs de toda la geografía nacional configuran variopintos equipos, mezcla de sus canteranos y de jugadores a prueba, y disputan varias concentraciones a lo largo del año. El equipo de Cáceres hasta ahora había conseguido un sonrojante balance en dos años de participación (una victoria y 23 derrotas), pero el pasado fin de semana confirmó que la situación ha cambiado: logró la victoria en el mini torneo en el que ejerció de anfitrión superando a un grande como Pamesa Valencia y dos clubs de tradición de base como Torrejón y Arona.

El espectáculo en el Pabellón Serrano Macayo resultó interesante. El protagonismo en el Extremadura con Cáceres 2016 --denominación del equipo gracias al acuerdo con Marca Extremadura-- corrió en buena parte de dos jugadores de la comunidad, el base Albertino González y el alero Lorenzo Díaz Chipi . Ambos fueron decisivos para que la victoria se quedase en casa. Especialmente llamativo es el caso de González, un jugador todavía en edad junior (17 años) que fue cada vez más importante en el esquema del entrenador, Mario Segalás, hasta el punto de postergar en la teórica final ante el Pamesa al italo-argentino Ricardo Busciglio, jugador del primer equipo. Su respuesta fueron 21 puntos y 6 asistencias.

Los demás juniors apenas saltaron a la pista. Fue baja por problemas físicos Angel Barrante, un exterior que ha destacado en otras concentraciones sub-20.

El caso de Díaz es menos sorprendente. Tiene 22 años y ya una dilatada experiencia en Liga EBA, donde juega actualmente con el Trujillo Destino Turístico. También ha debutado en la LEB Plata con el Cáceres 2016. Aunque algo disperso en ocasiones, es un alero de múltiples posibilidades ofensivas que rebasó en protagonismo a otro exterior del primer equipo, el madrileño Alberto Aspe. Este en su día fue internacional en categorías inferiores y ahora no termina de tener relevancia.

A los jugadores invitados por el club --Adriá Maldonado, Beñat Barberena y Martín Buesa-- se les notó la falta de acoplamiento lógica con compañeros a los que apenas conocían, aunque al menos demostraron implicación e intensidad.

NOMBRES PROPIOS En Cáceres también han podido verse estos días baloncestistas que pueden llegar a la élite. En el Pamesa gustó sobre todo Damián Iturriaga, el tirador que tiró del carro en un equipo que decepcionó (dos derrotas en tres partidos). Bajo los tableros, Marc Picó también demostró posibilidades.

Del Asset Torrejón quedará siempre la interminable imagen de Martin Miklosic, de 2,27 de estatura y una movilidad superior a la que podía pensarse en un principio. Algunos de sus tapones causaron admiración.

El Arona Basket Sur fue de más a menos y terminó dando una mala imagen el último día. El georgiano Giorgi Sharabidze fue el mejor, mientras que los espigados africanos Diatta Diop y Mansour Kasse acreditaron más físico que calidad.