La maratón es la distancia épica por excelencia en atletismo. Hay otras que tienen su aquel como la de los reyes de la velocidad, los 100m, o los reyes del medio fondo, 1.500, pero ninguna tiene la atracción de la maratón. Muchas veces me he cuestionado sobre ello y estoy seguro de que su imán descansa en el reto personal que supone para el que se calza las zapatillas con intención de recorrer la distancia.

Pruebas más cortas, menos sufridas y con una menor exigencia de preparación para poder finalizarlas en tiempos decentes no suponen un reto para aquellos esforzados que buscan algo más de si mismos que la actividad física. La maratón es un reto en si mismo, más allá del tiempo, más allá del puesto, y eso no lo consiguen ninguna otra prueba de menor distancia.

Sin embargo, es cierto que una maratón, aunque sólo sea acabar, es un reto serio que merece tomarse con calma, poco a poco, y de ahí, creo yo, surgieron las medias maratones. Las pruebas con mayor participación y expansión de nuestro calendario nacional en el que acumulan más de 80 pruebas cada año además de aquellas de carácter regional o fuera del ámbito federado.

Quizás muchos corredores ocasionales o aquellos que piensan en un futuro reto con el maratón se alegren al leer en estas líneas, ya que este mes de marzo, que acaba de comenzar, es el mes de la media maratón en Extremadura. Si no me equivoco en tres fines de semana tendremos tres pruebas de esa distancia medio mítica que pueden animar cualquiera a dar el salto al misticismo completo en la próxima temporada.

El8 de marzo en Mérida, el 15 en Cáceres y el 29 en Alburquerque, se podrán dar cita todos aquellos que deseen tener un contacto con la maratón- aunque sea para quedarse a medias.