Comentando con Javier Ortiz el último campeonato de España de selecciones autonómicas infantiles (sub-14) y cadetes (sub-16) surgía la idea de hacer un pequeño análisis del momento actual del baloncesto de categorías de formación en Extremadura. Dicho campeonato se ha disputado durante los primeros días de enero en Córdoba. Los resultados de nuestras selecciones han sido discretos. Destacó la infantil femenina (duodécima). Esta vez ni siquiera hemos contado, como en otras ocasiones, con un buen resultado de la selección cadete masculina, de la que yo he sido responsable y a la que regresaba después de unos años. Al contrario, a efectos de clasificación nuestro rendimiento ha sido mínimo.

¿En qué cuestiones podríamos incidir para mejorar el nivel de nuestra cantera baloncestística? Con ánimo constructivo, y en cualquier caso, de no molestar, ahí van algunas ideas.

Necesitamos competiciones en que los mejores equipos jueguen todos contra todos desde el inicio. Los sistemas actuales, con grupos por proximidad geográfica, en que los mejores sólo se ven las caras al final, exigen demasiado poco durante la mayor parte de la temporada. La Federación Extremeña lo hace así por una cuestión de viabilidad económica. La pregunta sería para los clubs. ¿A qué esfuerzo estarían dispuestos para participar en esa liga de primera división? Pues el "gratis total" no parece factible. A lo mejor no estamos hablando de un esfuerzo económico, sino organizativo, de autogestión de la ayudas para el transporte, etcétera.

Otro problema es la categoría minibásket (sub-12). La falta de competición hace que los clubs concentren sus esfuerzos en edades superiores. Así, aprendizajes que conseguimos en infantiles, los chicos de otras comunidades los vienen desarrollando desde etapas anteriores (hablo de niños y niñas). Organizados los campeonatos de cantera en la forma que comentaba arriba, yo establecería la obligación de llevar en los desplazamientos infantiles también al equipo "mini", para que los jóvenes jugadores vayan acumulando partidos de calidad y la correspondiente preparación.

Hay que entrenar más. Por ejemplo, en categoría cadete me cuesta mucho trabajo pensar en que los jugadores puedan progresar más allá de su desarrollo físico si se entrena menos de ocho horas semanales (cuatro días, dos horas; más el partido del fin de semana). Seguro que en muy pocos sitios alcanzamos esas cifras. Las principales canteras a nivel nacional superan ampliamente dicho volumen. Las limitaciones impuestas por las instalaciones se pueden compensar en los periodos vacacionales.

Los clubs de referencia deberían centrar su objetivo en ser competitivos fuera de nuestras fronteras. Quedar campeones autonómicos debe verse como un trámite. "Trámite" que tendría su dificultad si dicho planteamiento cuajara en varios sitios. Sólo objetivos ambiciosos pueden servir de guía para mejoras apreciables.

Aún con el peligro de generalizar, echo en falta la pasión por ser entrenador de hace unos años. Es legítimo entrenar niños para sacarse un "dinerillo", o buscando relaciones sociales. Pero no se puede hacer de manera rutinaria, ni en términos de inversión-rendimiento a muy corto plazo. Sin la voluntad continua de que nuestros jugadores progresen, de que nuestro equipo juegue bien al baloncesto y sea competitivo, no vamos a ningún lado.

Hasta aquí algunas cuestiones que me rondaban en la cabeza. Espero que sigamos alimentando el debate. Y sobre todo, que nos pongamos manos a la obra. ¡Salud! Hasta la próxima.