Cultura y deporte son dos de las mejores banderas con las que dar a conocer una ciudad, región o país, no sólo como destino turístico sino como promoción de su imagen: productos, empresas, etcétera.

Muchos pensarán que es un despilfarro la organización de eventos culturales y/o deportivos un año tras otro sin retorno cuantificable. Pero no es el acto de gastarse el dinero, muchas veces público, con actividades o acciones promocionales, sino que dependerá del retorno en ´economía real´.

Aumento de exportaciones de productos, afluencia de visitantes, visitantes directos coincidiendo con eventos, pernoctaciones, creación de paquetes turísticos a nivel nacional o internacional.

Los responsables de hoteles, tiendas, restaurantes, etc de las localidades extremeñas tendrían que alegrarse e incluso apoyar a sus equipos, sus eventos deportivos y aprovecharse de ellos e incluso demandar a sus ayuntamientos y a las instituciones públicas a que los promocionen.

Una ciudad y sus empresarios deberían pelearse y apoyar para que hubiera equipos (fútbol, baloncesto, balonmano, -) en divisiones nacionales o eventos multitudinarios o como campeonatos de España, carreras populares, triatlones, o cualquier otro evento deportivo que atraiga gran cantidad de participantes o espectadores con una proyección nacional o internacional.

Un fin de semana en una localidad con poca ocupación, un partido en casa de nuestro equipo de liga nacional o un evento deportivo multitudinario puede hacer que se completen casi al cien por cien plazas hoteleras, se llenen restaurantes... pero para eso los políticos y responsables deportivos tienen que sentarse, planificar, programar y, buscando apoyos, hacer proyectos. Entonces no hablaremos de despilfarro, sino de beneficios.