Si algo quedó claro en la segunda sesión del concurso de murgas del Carnaval de Badajoz es que no importa tanto la hojarasca como la sustancia, que el contenido y su interpretación siempre han sido los fundamental en un certamen de este tipo; lo que más importaba al fin, aunque, en ocasiones, la tendencia por la innovación en lo puramente estético haya soslayado lo verdaderamente sustancial.

Ocurre que, a veces, el azar ordena las cosas del modo justo en que necesitamos contemplarlas para caernos del guindo, si es que alguna vez estuvimos en lo alto. Y en la segunda jornada del COMBA se alinearon un conjunto de tipos que ayudaron a que la gente no se distrajese tanto contemplando detalles de trajes y escenografías, y a que, por tanto, centrase toda su atención en sobre qué y de qué modo se estaba cantando.

Esto no quiere decir que haya que desatender el cuidado de los detalles en los disfraces, ni que la escena deba de ser descuidada. Sino que la savia del carnaval se encuentra en letras y músicas, y que todo lo que adorna, embellece y realza, pero no puede sustituir a lo primero.

Las Polichinelas le echan el lazo al carnaval

La primera murga en saltar a las tablas fue la de Las Polichinelas. Sus componentes se presentaron ante el público del López de Ayala disfrazadas de vaqueras del Lejano Oeste. Sombrero, pañuelo, chaquetilla y demás ropajes bien combinados, y su lazo y revólveres en ristre, como es procedente. El plano escénico también ofrecía el contexto propicio para la actuación, con sus colinas al fondo, y el banco, la prisión y la cantina (con guiño a La Buhardilla, bar murguero por excelencia) completando la estampa.

Utilizaron el tipo como hilo conductor de una actuación en la que se abordaron numerosos temas y asuntos de actualidad. Especialmente bien traído estuvo el primero de sus pasodobles, en el que utilizaron decenas de títulos de películas, enlazados de manera muy coherente, para acabar compartiendo una reflexión acerca del rumbo suicida emprendido por una parte de la humanidad. También se manifestaron en contra del machismo, de la violencia contra la mujer y de la falta de contundencia en el trato que se dispensa a los agresores. Y apostaron por una educación y justicia de calidad como mejor tratamiento contra uno de los principales males que aqueja a la sociedad actual. Los cuplés los dedicaron a temas más ligeros. En uno de ellos, bromearon acerca de una amiga que practica algo más que yoga y zumba con el monitor del gimnasio. Y, en el otro, se carcajearon de un novio vegano, y, con picardía, dejaron claras las consecuencias colaterales que tendría para el susodicho su persistencia en una dieta tan restrictiva. Finalmente, en el popurrí, siguieron exprimiendo los recursos del tipo y, además, lo trufaron de referencias a personajes de la ciudad, como Fragoso, Gragera o Celdrán, y le sacaron punta a asuntos eminentemente locales, como el pacto de gobierno de Badajoz, la realización de un programa de Chicote en un bar de la ciudad, o la celebración del carnaval, Almossassa, etc.

Las discípulas extremeñas de Paquita Salas

La murga 20 D´Copas presentó en su actuación a Jacinta Gala, una representante de artistas claramente inspirada en Paquita Salas, la serie ideada por Los Javis. En su tipo no faltaron detalles como collares de perlas, cinturones de Chanel, gafas graduadas y de sol, chaquetones de pelo, faldas o camisas con estampados. La escenografía representaba la oficina de Jacinta, y contaba con imágenes de algunos de los famosos que habían contratado sus servicios.

En su repertorio, defendieron la igualdad entre hombres y mujeres, arremetieron contra los políticos, criticando su dejación de funciones e incompetencia, hicieron chascarrillos con personajes como Rufián, Cristina Pedroche, Ortega-Smith, Pedro Sánchez o Abascal, a cuenta de distintos asuntos y anécdotas, invitaron a todas las murgas a seguir su ejemplo en pos de un concurso inclusivo, aprovechando recursos como la lengua de signos y la audiodescripción para derribar las barreras a las que han de enfrentarse, también en carnaval, las personas con algún tipo de discapacidad.

Guías ‘free tour’ con chispa pacense

Probablemente, el tipo más novedoso que se vio en escena durante la segunda jornada de preliminares fue el de A Contragolpe. Guías turísticos puede que haya habido sobre las tablas de López de Ayala en alguna ocasión, como personajes principales o como figurantes, pero guías ‘free tour’ no, entre otras cosas porque su figura nos era absolutamente ajena hasta hace no demasiados años.

Por si todavía había algún despistado que no sabía en que consistía eso de ser guía ‘free tour’ los chicos de A Contragolpe lo dejaron, aun con el desparrame de bromas y colores propios del carnaval, bien claro. Su disfraz era llamativo y mullidito, y estaba plagado de detalles turístico, de acreditaciones, fotos y mapas, y cómo no, del altavocillo y el micrófono de marras. En la escenografía mezclaron armónicamente detalles turísticos y monumentos de todo el mundo, en forma de dibujo, y reproducciones de espacios y elementos pacenses como la rotonda de los corazones o la estatua de Luís de Morales.

Su presentación destacó por su dinamismo y musicalidad, por lo pegadizo del estribillo que introdujeron, por las referencias a la ciudad, y por su capacidad para ligar los gags más humorísticos con otras alusiones más sentimentales.

Emotivo fue, también, su primer pasodoble, en el que nos contaron una historia familiar en torno al mal de alzhéimer. Sin embargo, en el segundo ejercieron la crítica social, y denunciaron que el rechazo a inmigrantes y refugiados tiene más que ver con el poder adquisitivo que con otra cosa. Los cuplés, para aligerar, los dedicaron a la irrupción del Satisfyer en el ámbito familiar y a una divertida situación que se produce cuando cierta pareja participa en ‘La isla de las tentaciones’. En el popurrí, introdujeron desde momentos de comedias de situación basados en las aventuras y desventuras de la vida y trabajo del guía ‘free tour’ hasta homenajes a los miembros de distintos tipos de agrupaciones de carnaval, sin olvidar la introducción de referencias a la Noche en Blanco o a personajes como Santiago Abascal. Especialmente divertido fue el momento en que parodiaron la danza maorí de los All Blacks.

¡Qué ricos los chorizos parrilleros!

Las chicas de Murguer Queen montaron una barbacoa sobre las tablas del teatro noble de la ciudad de Badajoz en una actuación que habría hecho las delicias de Georgie Dann, al que recurrieron melódicamente en alguna ocasión. El tipo de este año es colorido y cuenta con modelos variados, porque hay quien va al campo en chándal y quien prefiere hacerlo con más glamur. Y la escenografía que montaron fue la necesaria para recrear el ambiente campero: árboles, barbacoa, mesas y sillas de camping, botellas, pinchos, neveras portátiles, cestos y baños, entre un sinfín de pequeños elementos más.

En su repertorio le sacaron punta al tipo y a una serie de divertidos enredos y situaciones cómicas que se van produciendo durante el día de barbacoa. Criticaron con sorna a la gente que invita para que se le acabe organizando todo, y provocaron sonrisas con las bromas del encargo y el olvido del café. Sus pasodobles fueron reivindicativos. Reclamaron, por una parte, más implicación, medios y recursos para conseguir la plena inclusión de las personas con autismo. Y demandaron más respeto de los medios de comunicación hacia el trabajo y la ilusión de las agrupaciones carnavaleras. En los cuplés, volvió a salir a relucir el Satisfyer, se carcajearon de la pija repelente del grupo, y lanzaron una crítica a Pedro Sánchez por el aumento del gasto derivado de la multiplicación de vicepresidencias en el gobierno. Finalmente, en el popurrí exprimieron el tipo, con simpáticos gags, le cantaron al carnaval e hicieron un repaso a la actualidad mientras leían un ejemplar de La Crónica de Badajoz.

Romanos, pero más de Badajoz que el Porrina

Los murgueros de la Chirigota L´Antigua han debido de estar ‘partiéndose la caja’ cada vez que los medios aludíamos a su condición de emeritenses. Hay que reconocer que esta vez nos la han colado, con mucha gracia y talento. Porque hasta han respondido a las preguntas, a través de entrevistas telefónicas, con aparente sinceridad y total sosiego, y mostrando, incluso, cierta preocupación por el recibimiento que pudiese dispensarles el público de Badajoz por venir de donde venían. Lo cierto es que no se percibía, de ningún modo, el hecho de que todo era un invento para poder llegar al concurso y sorprender de verdad. Y hay que reconocerles que lo han conseguido. Y que el factor sorpresa, en estos tiempos de indiscreción y cotilleo, se agradece. O sea, y para que quede claro: La supuesta chirigota emeritense L´Antigua nunca existió. Solo era un artificio, un invento de los miembros de la veterana Pa4días, que son más de Badajoz que el mismísimo Porrina.

En consonancia con su broma, como no podía ser de otro modo, saltaron a las tablas caracterizados como romanos, con su cuadriga, sus columnas, sus escudos y la indumentaria propia de las grandes batallas. Inmediatamente, quedó patente el tono irónico, burlesco y jocoso que impregnaría todo el repertorio. En sus pasodobles, abogaron por la tolerancia e invitaron a abortar las rivalidades y a sumar fuerzas, poniendo en valor, entre otras cosas, el rico patrimonio de ambas ciudades. Pero imprimieron un sello humorístico, también a esa parte del repertorio, para bromear, por ejemplo, acerca del hecho de que los emeritenses acaben vestidos de romanos en multitud de acontecimientos. En los cuplés, hicieron referencia a la polémica surgida por el cuestionamiento del origen romano del acueducto y criticaron a la nueva concejal de Fiestas. Especialmente acertado resultó el estribillo, que es pegadizo y rítmico. Luego, en el popurrí, demostraron que son buenos conocedores de las realidades de Mérida y Badajoz y de muchas de las polémicas administrativas y agravios históricos que existen. Aludieron a políticos de todo signo, desde Ibarra a Monago, desde Vara a Arrimadas, sin olvidarse tampoco del alcalde de Badajoz. Y ya al término de su actuación, pidieron perdón por el enredo de la Chirigota L´Antigua, pero reivindicaron, al mismo tiempo -y con razón- que el carnaval es carnaval y no hay que tomárselo tan en serio.

La conquista del Oeste

La clausura de la noche corrió a cargo de la murga que triunfó en la última edición del COMBA, Al Maridi. En esta ocasión, se presentaron al público caracterizados como indios, con una escenografía en la que no faltaban ni los tipis, ni un tótem, ni una suerte de Monte Rushmore pacense con las cabezas de los políticos más reconocibles de la corporación municipal.

Comenzaron, ya en la presentación, introduciendo temas de calado: el pacto de gobierno de la ciudad de Badajoz, la condena al olvido que sufre Extremadura y las similitudes entre los indios nativos americanos y los extremeño. En los pasodobles animaron a luchar con el arrojo de los viejos conquistadores para desterrar las desigualdades y el conformismo. También alabaron a los carnavaleros que participan en la fiesta, y criticaron a quienes quieren silenciar la fiesta. En los cuplés, se chotearon del lenguaje inclusivo, y bromearon sobre la falta de autocontrol del Papa Francisco o sobre la exhumación de Franco.

Pero no quedó ahí la cosa, porque su popurrí también estuvo cargado de contenido (la moda de pintar piedras, el pin parental, las vicepresidencias del gobierno de Sánchez…), aunque no dejaron de introducir tampoco referencias y gags relacionados con el papel que interpretaban. Especialmente significativa, en ese sentido, resultó la traducción al lenguaje nativo del nombre de Mariví, que resultó ser un trabalenguas impronunciable para cualquiera que no pertenezca a las filas de Al Maridi. Y resultó destacable, de nuevo, la afinación de sus voces, lo incisivo de sus letras y su calidad instrumental.