Isabel está preocupada porque le da vergüenza desfilar. Seguro que de aquí al domingo de Carnaval se le habrá pasado y demostrará con sus compañeros que son incansables, que la música los motiva y que su alegría es contagiosa. Más segura se muestra María Parejo, que ya se disfrazó el año pasado y afirma que «estuvo muy bien» porque le encanta «todo del Carnaval», sobre todo bailar. «Me siento feliz», afirma sonriendo.

El grupo menor formado por usuarios, voluntarios, familiares y profesionales de la Asociación Down Badajoz repite experiencia este año. La artífice de esta iniciativa es María de los Ángeles Esteban, hermana de una usuaria, que realizó la propuesta a la junta directiva y salió adelante «porque había ganas de aprovechar las cosas de nuestra ciudad y además ellos se sienten muy importantes, es el día en el que todos somos iguales». Su intención era salir como comparsa, pero todavía creen no estar preparados, porque no tienen integrantes suficientes para la percusión. De momento van con música «enlatada». «Vamos poquito a poco porque aquí no hay prisas, además nosotros no nos lo tomamos como un concurso, sino por la diversión y la alegría, vamos a pasarlo bien y a disfrutar». Lo consiguen, porque «ellos lo hacen muy fácil», reconoce esta mujer, orgullosa.

Su propuesta siempre lleva aparejado un mensaje. El año pasado fueron Magos del Perfume de Valores y esta vez su disfraz será de Cocineros del Arcoiris, con su Receta de los Derechos Humanos. «No somos unos cocineros al uso», aclara María de los Ángeles. La receta irá en el estandarte y consta de 21 ingredientes (el número 21 es su símbolo, por la trisomía 21, que causa el síndrome de Down). El grupo esta formado por 35 componentes. Este año, como a muchas otras muchas agrupaciones, les ha cogido el toro, porque el Carnaval se ha anticipado y creen que no han ensayado lo suficiente. Suelen quedar los domingos en la sede de la asociación, pues es el día en que todos pueden acudir. «Esto es a ratos perdidos, todos colaboran, la familia, los voluntarios y los profesionales, ellos no unen, son los verdaderos protagonistas, nosotros somos sus ayudantes».

La emoción

María Arias es su profesora de baile y dirige la coreografía del Carnaval. «A ellos la música les encanta y el baile les viene muy bien para la psicomotricidad». El año pasado aguantaron todo el recorrido sin quejarse ni detenerse. «Terminó el desfile y querían seguir bailando, fue muy emocionante». María describe el ambiente: «Yo he sido toda la vida de una comparsa de premios, Wailuku, pero la emoción de bailar con ellos es algo totalmente distinto, te transmiten muchísimo y el público se entrega».

A todos se les ve entusiasmados con sacar adelante esta apuesta, sobre todos a los chicos de la asociación. Además del desfile del domingo, ya tienen prevista otra actividad, pues el lunes han sido invitados a la residencia de mayores de Puente Real y después quedarán para bailar en San Francisco. Se han hecho un hueco merecido en el Carnaval. María de los Ángeles insiste: «Nuestro único fin es divertirnos, pasarlo bien, ser felices y reírnos, ser un grupo más del Carnaval».