Pistoletazo de salida del Carnaval de Badajoz a tres voces. Porque tres fueron tres las pregoneras que anoche se subieron al balcón del ayuntamiento para defender la fiesta que aspira al Interés Turístico Internacional: Pepa Montesinos (Deskarria2), Tamara Pulido (las Chimixurris) y Alexia Sánchez (Umsuka-Imbali). Cada una de ellas en representación de los distintos grupos que esta celebración distingue, pero todas con el ánimo común de rendir tributo a la diversión y a las vivencias compartidas, estos días y el resto del año. Por eso dieron la bienvenida a artefactos, a murgas y a comparsas y al resto de carnavaleros a los que les gusta disfrazarse, porque «este carnaval es de todos los que venís a disfrutarlo».

Fueron graciosas y críticas, le pusieron emotividad y sobre todo conciencia carnavalera. «Este año el pregón va a ser mucho más carnavalero y además nuestro ayuntamiento se va a ahorrar un buen dinero», pues al contrario de otras ediciones, en las que al balcón se asomaron artistas de renombre que cobran su caché, ellas lo hicieron por amor al arte, que les sobra.

Llegaron vestidas al detalle con el traje con el que desfilan o salen al escenario y tras glosar cada una de ellas lo que supone en sus vidas pertenecer a sus grupos, animaron al público que los escuchaba desde abajo, en una plaza abarrotada, ansiosa de iniciar cinco días de fiesta. Echaron mano de la guitarra de otra Chimixurri para cantar el «himno del Carnaval», el de la letra que nadie olvida y que corearon animados por las pregoneras: «eo Badahó, Badahó, Badahó».

Mientras en la plaza cientos de carnavaleros escuchaban el pregón, arriba la corporación iniciaba la fiesta, como ya es tradición, haciendo parodia con sus disfraces. Los socialistas aparecieron vestidos de los «dos alcaldes», diferenciados por la peluca gris y naranja. Eran doce y solo llevaban seis bastones de mando, «para repartírnoslos, como Gragera y Fragoso», explicaron. Algunos hasta llevaban la mano derecha escayolada, como el portavoz de Ciudadanos (y en el bolsillo de la chaqueta, una bolsa de Risketos, una broma que desde luego les dio mucho de sí).

Por su parte, los tres grupos que forman el equipo de gobierno no dudaron en disfrazarse al unísono, como si uno solo fuesen. Lo hicieron de «los locos años 20» del siglo pasado, que no de mafiosos, porque acaban de entrar en la locura de los de este siglo. Gragera aceptó encantado fotografiarse con sus imitadores, que disfrutaron de lo lindo haciéndose pasar por alcaldes; hasta le ofrecieron un nuevo despacho a la portavoz de Podemos, Erika Cadenas, que se disfrazó de niña terrorífica como ‘La pesadilla de la mafia’, también con mensaje.