El verano ya está aquí y ya han empezado los dramas. Lo podemos afrontar de dos maneras: querernos tal y como somos, con nuestros defectos y virtudes, o intentar cambiar eso que no nos gusta de nosotros (o no cambiarlo y no querernos, pero eso ya es no tener optimismo). La teoría es que debemos querernos con nuestros más y nuestros menos, que si no nos queremos no lo hará nadie, pero la realidad es que todos tenemos complejos y no está mal querer cambiarlos. Lo malo llega cuando queremos hacerlo de cara al verano, que es cuando más nos verá la gente el cuerpo. Eso significa que al final lo hacemos por imposición social, queremos un cuerpo perfecto para parecernos a tal persona y nos avergonzamos de nosotros mismos. Debemos aprender que no es malo tener complejos y querer cambiarlos, pero ante todo debemos aceptarnos (el famoso body positive) y llevar una buena alimentación, así como hacer deporte por nuestra salud y no solo por nuestro aspecto. No podemos querer adelgazar cinco kilos en un mes, tampoco es sano. Al fin y al cabo lo de fuera solo es un envoltorio.