INDEPENDENTISMO

Doble moral

Marco Antonio Molín Ruiz // Madrid

Sobradamente conocida es esta frase nación. Los riesgos de una doble moral. El entramado de nuestra sociedad puede conducir a las situaciones más impensables, que van de lo inverosímil a lo caótico. En esta tesitura desaparecen los principios elementales. Y los sensacionalismos de los últimos tiempos han contribuido a tal desbarajuste alterando el orden natural de las cosas. Constitucionalistas e independentistas, que son el binomio ideológico coyuntural a los años 2017-2018 en España, deparan a la política su faceta más siniestra.

Abundan quienes simultáneamente son partidarios de la unidad de España y del separatismo. Esto lo comparo yo con la actitud de un médico que igualase la existencia de un virus a la de un paciente, y en consecuencia salvase a los dos. Puestos a defender derechos, proteger a un virus acaba siempre con la vida del paciente. Lo estremecedor del independentismo es que aquéllos que amenazan, insultan y agreden terminan convertidos en víctimas al trasluz de una democracia a ultranza. Presenciamos una innegable subversión.

Actualmente se trata como a víctimas a los transgresores de la ley, que se crecen al calor de populosos grupos y partidos políticos. La ley y la autoridad existen en teoría para todos; pero de ellas se exime a algunos ciudadanos, beneficiarios de una trasley amparada incluso multitudinariamente. De aquí resulta que en sectores sociales se piense: ‘¡Qué lástima de esos presos políticos!’.

La convivencia se transforma en un infierno cuando se diluyen los límites de la legalidad; cualquier disrupción autonomista acaba exaltándose hasta adquirir carta de naturaleza. En conclusión: en un país cuyos ciudadanos se han olvidado de ser patriotas todo lo bueno es maleable y todo lo malo empeorable.

Emails

17 años esfumados

Gonzalo David // Barcelona

Este último mes han borrado 17 años de historia. La empresa de mi mail cambia de propietario. Me han enviado un mensaje diciéndome que si no estoy de acuerdo con el bombardeo de publicidad que cancele mi correo, que ahora he de aceptar que sea todo con publicidad y cookies. Ya avisan de que mis datos serán públicos, que en caso de querer ser más respetado he de pagar por ello: me advierte que el servicio ya no es gratuito. Y han borrado muchos e-mails sin avisarme antes. Se han borrado sin saber yo nada. Me han despreciado y humillado.