LOS TOTALITARISMOS

El olor de Vox

Juan Fernando Ramón // Torremayor (Badajoz)

Huele a incienso, a alcanfor, a aceite de ricino y a mucho rencor. Ese es el olor que desprenden las medidas impuestas por Vox al Partido Popular para gobernar en Andalucía. Nada nuevo bajo el sol, la ultraderecha ha regresado a España; sin tapujos ni ambages buscando con su dedo acusador víctimas propicias, la eterna ventaja de tener un chivo expiatorio. Ya sean extranjeros, mujeres, gays, lesbianas, transexuales y víctimas de la guerra más incivil que hemos sufrido, a fin de cuenta personas como usted y como yo, amigo lector, personas que no eligieron el país de nacimiento, ni el sexo, ni el género... Trump, Salvini, LePen, Abascal son algunos de los nombres que representan una ideología que pisotea los derechos de muchas personas que tanto sufrimiento ha constado conseguir y que al grito de ‘Viva España’, han vuelto a ser puestos en el disparadero mientras anuncian a viva voce tener el bálsamo de Fierabrás, la solución a todos los problemas, una llave maestra para un peligroso candado que nos quieren imponer.

Hasta el momento no han mostrado su proyecto económico para una España que quizás nos comience a doler, como le dolía a Unamuno. Entre el trigo se ha comenzado a sembrar la cizaña, de todos depende que no crezca, ya lo hizo y no nos fue demasiado bien. Vivimos mejor que en la segunda república, durante la guerra civil y la posguerra, que nadie se engañe. Basta con mirar alrededor y valorar lo que hemos conseguido y, sobre todo, lo que nos queda aún, con un proyecto de futuro donde no puede tener cabida ni el odio ni la discriminación.

Los males de España no se solucionan agitando una bandera y cantando por Manolo Escobar o volviendo a cometer viejos errores. No olvidemos que Hitler llegó al poder en Alemania mediante elecciones con un discurso más emocional que racional, con chivos expiatorios e improvisando. El resto ya lo conocen.

EL ‘BREXIT’

La Unión Europea

A. Brea Romero // Madrid

Nosotros estamos en una crisis sin precedentes en la democracia, debida a una mala gestión de un Gobierno que ha reventado, surgiendo otro improvisado y débil, por lo que siguen enconándose la crisis catalana, la andaluza y otras. Esta super crisis, que agrava nuestro tradicional y nada espléndido ensimismamiento, nos a descuidar aún más la crisis, también sin precedentes en la UE, por el secesionismo inglés, que estos días llega a su clímax. Tanto nuestro Gobierno como la sociedad civil deberían tomar más conciencia de lo que supone para nuestro futuro, incluso inmediato, y respaldar mucho más nuestra apuesta por la unión.