DETALLES DE UNA REGIÓN

Algo tan nuestro

José Antonio Barquilla Mateos // Huerta de Ánimas (Cáceres)

Sí, Extremadura es tan nuestra, tan entrañable, tan única como una madre. Es nuestra madre Extremadura, tan llena de cosas hermosas, de cosas sencillas, de cosas grandiosas como los castillos medievales, las casonas antiguas, los alcázares gloriosos o las pétreas iglesias.

Villas envueltas en soledades de hiedra y mediodías, recorridas de sol y de lagartijas, con torres agudas como cipreses, adornadas de cigüeñas, y de azulejos, humedecidas de invierno, acariciadas de soles, envejecidas de tiempo.

Extremadura con musgo entre las junturas de tanto muro, con estatuas de ojos que miran a un pasado dormido. Escalinatas gastadas y verdes. Campos abiertos de encinares y rebaños. Gente cordial y sencilla.

Así es nuestra Extremadura, mirada con cariño, con mirada de niño, con nostalgia, con amor. Extremadura es tan nuestra como aquello que más queremos, porque es apasionada o desapasionada, nunca indiferente.

Hermana de todas las autonomías, que dicho así, parece una contradicción, y es hoy más reivindicativa, que pide lo que por derecho le corresponde, porque Extremadura no debe quedarse parada y fría en el tiempo, ni en ningún campo anochecido, como un símil triste de una realidad que ya no es tan así, o que no debiera serlo.

Extremadura, nuestra querida tierra, tan noble, tan fuerte, tan valiente, tiene un pasado de gloria y de historia, pero también tiene un presente urbano que necesita sin embargo, ser actualizado en algunos aspectos, y que sin duda lo será.

Extremadura, tan llena de vida, de campo, de sueños, de realidades, de encinares, urbanizada y rural, acogedora y amable.

EL ESPECTÁCULO

Semana Santa

Manuel Delgado Iriarte // Madrid

No sé si la nueva consejera de Igualdad de la Junta de Andalucía es laica o una auténtica cristiana. Pero yo, antiguo nazareno sevillano durante el franquismo, felicito a esa profesora directora de un instituto por denunciar con acierto y valentía tanto esperpento. Nada más opuesto a lo que dice el Evangelio que esos tristes desfiles de un pasado medieval, por cristianos de «bautismo y procesiones» e incluso ateos amantes del folclore. Oscuros intereses políticos, económicos y pseudoreligioso mantienen un estereotipado teatro que atrae turistas deseosos de sentirse superiores al contemplar a un pueblo extravagantemente anclado en ceremonias pseudopiadosas que nos desprestigian a todos. Aunque no soy de su partido, gracias por su esfuerzo por mejorar la imagen de nuestra Andalucía, Rocío Ruiz (Cs).