LOS VOTANTES

La última burla de iglesias

Emilio Díaz Ledesma // Madrid

No puedo aguantar más ante la última sangrienta burla de Iglesias a quienes tuvimos la desgracia de votarle. Quien dijo que su primera prioridad eran ya sus gemelos y antes declaraba querer estar poco en el cargo podía haber tenido la decencia de irse ya.

Pero ahora sabemos que va a tener un tercer hijo; quizá porque le ha tomado el gusto de no dar palo al agua en los seis meses en que disfruta del casoplón que, por si no bastara el dinero de Venezuela e Irán, ha conseguido hipotecándose, literal y descaradamente, a los corruptos nacionalistas catalanes. Y encima se rumorea que cuando por fin renuncie le sucederá la reina madre, es decir, la voz de su amo, el super machista azota mujeres, más tirano aún con ellas que con sus serviles empleados para controlar «su» partido, ya super repartido y destrozado Podemos.

CAMBIO CLIMÁTICO

Viernes por el futuro

Miguel Fernández-Palacios Gordon // Madrid

Con las manifestaciones de jóvenes, que hartos de la inacción de los gobiernos siguen el audaz ejemplo de la adolescente y activista sueca Greta Thunberg, escucho indignado a la caverna mediática, financiada por el poder, aseverar que «alguien debería decirles que lo que piden tiene un coste».

Sí, señor. Muy currado el argumento. Y, ¿qué costará la inacción? ¿Cuántos millones de seres humanos morirán antes de poner remedio? ¿Cuántas especies más desaparecerán del planeta? ¿Cuántos conflictos provocarán los desplazados climáticos? ¿Cuántas hambrunas? ¿Cuánto sufrimiento generará la dilación en la toma de decisiones drásticas?

Aunque los poderosos paguen esbirros para desinformar y mantener sus privilegios -no creamos que por vivir en el primer mundo nos libraremos-, la ONU ya ha alertado de que el futuro es muy incierto para toda la flora y fauna que habitamos este planeta. Estamos de paso, y no por eso podemos despreciar el mañana ni esquilmar la Tierra que heredará la juventud agravando un desolador ecocidio que nos abocará a la extinción. La ética nos obliga a dejar un mundo mejor que el que encontramos al llegar, y así debe hacerlo cada generación. Con extrema urgencia, aún se podrían mitigar sus devastadores efectos.

LOS DERECHOS

La herencia

Martín Sagrera // Madrid

Durante el patriarcado puro y duro el patriarca tenía derecho de vida y muerte sobre toda su familia (mujer, hijos y fámulos, esclavos propiamente dichos). También, como es lógico, el derecho a repartir como quisiera su herencia o destruirla. Una mayor justicia nos ha ido llevando a obligar a repartir hoy dos tercios de sus bienes entre sus familiares directos. El alargamiento sin precedentes de la vida, de unos 35 a unos 80 años, ha hecho que el tiempo que tardan los herederos ya adultos en recibir su parte se duplique y hasta triplique.

De ahí que la justicia familiar requiere, para no perder gran parte de los avances ya conseguidos, una legislación que vaya adaptándose a las tan cambiantes circunstancias y dictamine un primer reparto parcial de la herencia a partir, por ejemplo, de la llegada a la edad adulta de los descendientes. Ya lo está realizando, en mayor o menor grado, la gran mayoría de los padres, por lo que sólo afectaría a esa minoría que aprovecha los cambios vitales para mantener un injusto dominio patriarcal sobre su familia.