MEDIOAMBIENTE

El negocio del plástico

Víctor M. Mengual // Valencia

Estamos en un mundo de locos. El plástico nos inunda. Compras magdalenas. La bolsa es de plástico y cada una de las magdalenas tiene su propio envoltorio. Los yogures, la leche, todo va en envases de plástico. Cuando vayan a un comercio, obsérvenlo y lo comprobarán. Esto es una locura.

Por ley gubernamental nos quitaron las bolsas de plástico gratuitas de los comercios con la excusa de que eran malas para el medioambiente; bolsas que, por otro lado, nosotros reciclábamos utilizándolas para la basura. Ahora pagamos las bolsas de la compra y además compramos las de la basura. El negocio está claro. Por nuestra parte, ya cumplimos con la ley: pagamos las bolsas y reciclamos. ¿Y la otra parte? Las multinacionales no han renunciado al pastel y no han reducido el volumen de plástico que producen, millones de toneladas al año. Ahora falta que los gobiernos se atrevan a prohibírselo y por ley limiten los envasados. Pero como no se atreven a prohibir nada a las multinacionales, los cínicos gobiernos nos bombardean a nosotros con el reciclaje. Y lo peor es que todos sabemos por qué: los gobiernos son los títeres de las multinacionales.

¿Por qué no se hace ahora como antiguamente? Casi todo iba envasado en vidrio; cada marca recogía sus propios envases, los lavaba y los reutilizaba. Sencillo y 100% ecológico. Íbamos a comprar y nos cobraban los envases, por lo que no los podíamos tirar ni perder: los teníamos que devolver para recuperar el dinero. Eso era verdadera ecología, no recoger el vidrio en contenedores para fundir las botellas en contaminantes hornos y volver a fabricarlas. Eso es absurdo. Los gobiernos nos machacan con el negocio oscuro del reciclaje bailándole el agua a las multinacionales. A ellas no les importa la ecología y a nuestros títeres gobernantes, tampoco.

SALUD MENTAL

Compleja adolescencia

Martina Manzano // Gavá

La complejidad de la salud mental aumenta cuando nos referimos a los adolescentes. Las estadísticas muestran un alarmante número de jóvenes que se quita la vida en la adolescencia, muchos de ellos con algún tipo de trastorno mental. En los países europeos, la influencia del fracaso escolar, los lazos emocionales y las redes sociales es descomunal y muchas veces no somos conscientes de ello. Los suspensos, el acoso, la falta de ayuda y compañerismo, el estrés y la carencia de apoyo familiar pueden ser fatales para los pubescentes. Por ello, promover el bienestar psicológico (mediante programas de prevención de la violencia, educación sexual, intervenciones psicológicas...) es esencial para aumentar la resiliencia de los adolescentes frente a las adversidades y evitar así la ansiedad, la depresión y los trastornos alimentarios, entre otros.