UN PUEBLO UNIDO

La tribu de la dehesa

Ara Palacios Alfonso // Zahínos (Badajoz)

A pesar de haber tenido el invierno más seco de los últimos años en Zahínos, llevamos meses bajo una nube negra que descarga borrascas intensas y pugna por ahogarnos el futuro.

Hemos sido pasto de la tormenta más cruel, de la granizada más dañina. Un aguacero de tal envergadura que nos tiene haciendo esfuerzos continuos para no desfallecer y hundirnos en el fango. En el fango radiactivo de los pueblos maldecidos por la minería del uranio. Es otra injusticia más de las muchas que hemos venido padeciendo como «galardón» por ser uno de los lugares más pobres de Extremadura. Es algo que podría estar dentro de nuestra normalidad anómala. Lo malo es que, esta vez, si las multinacionales mineras consiguen su objetivo, nos darán el tiro de gracia. Moriremos irremediablemente.

Pero ¡ah sorpresa! en el vocabulario zahinero la palabra resignación no existe. Somos el municipio luchador por antonomasia. Así, en cuanto la nube negra se nos posó encima nos organizamos para deshacerla y seguir disfrutando del azul y del verde de nuestros campos. Y creamos una plataforma ciudadana apolítica para bombardear las tormentas.

La plataforma Dehesa Sin Uranio ha trabajado y trabaja incansablemente para evitar que esta pandemia de la mega minería asole lo mejor que tenemos: nuestro maravilloso ecosistema. Junto a varios pueblos de la sierra suroeste, hemos organizado el mejor ejército de paz para defender a nuestros animales, a nuestros arroyos, a nuestras encinas y a nuestro aire.

Sabemos que esta lucha va a ser larga, pero no vamos a desfallecer. Vamos ser una molestia para cualquiera que gobierne en Extremadura (da igual del signo político que sea), en tanto en cuanto no nos muestren por escrito los documentos que atestigüen que se derogan definitivamente los permisos de investigación de la mina de uranio.

Porque tenemos derecho a vivir en esta tierra y de estos bosques, como siempre lo hemos hecho. Y porque nadie va comerciar con la salud de los nuestros mientras tengamos vida para impedirlo. Por tanto, no prestaremos oídos a los cantos de sirena que quieren que perdamos de vista el objetivo de esta lucha. No nos dejaremos embaucar por promesas electorales. Y no esperaremos sentados a ver qué pasa. Seguiremos pidiendo una respuesta en los despachos y en las calles. A voces o en silencio. Pero fuertes y unidos como una tribu. No a la mina de uranio.

Política

¿Nos merecemos esto?

Enrique Stuyck // Madrid

¿Tenemos los políticos que nos merecemos? Haciendo una encuesta entre amigos y conocidos, un 80% dicen que la política les importa un pito y un 20% pasan de ella. Sin embargo, cuando lees los sondeos sobre el nivel de aceptación de los líderes y de los diferentes factores que condicionan nuestra vida diaria, da la sensación de que nos preocupa más de lo que parece.

No lo entiendo, si en mi entorno más próximo la mayoría dicen estar hartos de la política y de los políticos, ¿ por qué las encuestas dicen otra cosa y en las elecciones ha habido un récord histórico de participación? Algo falla. Y los que no fallamos nunca somos nosotros porque sabemos que es mejor un mal gobierno que un desgobierno.