EDUCACIÓN AFECTIVA

Abrazos

Jaume Porta // Funcionario

Me ha llegado por WhatsApp un vídeo que me ha encantado. Tanto es así que quiero publicitarlo porque creo que es una propuesta magnífica para trabajar la educación afectiva en las escuelas y mejorar las relaciones humanas desde pequeños. También pretendo agradecer su creación y su difusión. Se trata de una grabación en la entrada de un aula de un centro educativo. Se ve a un niño, de unos 5 o 6 años, un día cualquiera por la mañana, con su mochila, que llega el primero. Se coloca al lado de la puerta y a continuación saluda y da la bienvenida a la escuela a cada uno de sus compañeros. Uno por uno. Y lo hace dándoles la mano y un cariñoso abrazo. Las imágenes van acompañadas de un texto que explica que «la maestra cada día elige a un alumno para que salude afectuosamente a cada uno de sus compañeros, promoviendo la amistad, la interacción y la buena educación». El texto concluye así: «Cuando veo hacia dónde va el mundo, eso me recuerda que estoy ayudando a marcar la diferencia» (parece firmado por la misma tutora), todo ello rematado con la frase «Un gesto pequeño y maravilloso que ha impactado a sus alumnos». Solo se oye música de fondo, nada más. Pero se entiende que el lenguaje verbal, aquí, quizá es lo de menos. No importa. Todos son buenos.

Le doy la razón a esta compañera de profesión. Necesitamos ideas de este estilo porque, ¿cuántos niños entran en las aulas en unas condiciones que no son las que deberían ser? Hurgar más en esta cuestión ya sería harina de otro costal.

MERCADO LABORAL

Cara al público

Raquel Sendín // Hospitalet

Hoy en día hay muchos jóvenes que tienen que trabajar, pero también hay muchos otros a los que no les hace falta. Estos normalmente estudian y su primer trabajo es uno cualificado, para el que se han formado. Eso no sería un problema si todos fuésemos empáticos, pero resulta que hay personas sin educación que tratan a los trabajadores del sector terciario (tiendas, hostelería...) con superioridad y sin ningún tipo de respeto. Eso es inconcebible, me avergüenza ver que las nuevas generaciones tratan así a la gente que lo único que está haciendo es ganarse la vida. Si todos hubiésemos experimentado el trato al público, atender a personas y estar horas sonriendo aunque sea lo que menos te apetezca, les trataríamos con respeto y amabilidad. Aunque no sea el trabajo de nuestros sueños y pueda ser una etapa dura de nuestra vida son experiencias que nos enseñan a ganarnos las cosas y a valorar todo tipo de trabajos.