reflexión

Me lancé

Alba Morillo Moruno

Azuaga

Lancé un beso a las agujas de ese reloj. Al fin y al cabo, solo necesitaba una eternidad. Concentré ese caos en un frasco y lo arrojé a un mar lleno de mentiras. Me dejé llevar porque se acababa nuestro tiempo y aún no puedo dejar de engullir vida. Caí de boca contra la felicidad y me volví un poco dependiente de las sonrisas.

Y accidentalmente, me reencontré con la calma de esos versos que ya no eran presos de un naufragio. Te lo advertí. Encontraría la ecuación perfecta para recuperar esa libertad. Así de sencillo.

Mientras la vida se deslizaba por ese tobogán llamado realidad, yo disfrutaba del viaje olvidándome de ese retorno. Desaté las cuerdas que me impedían volar por la imaginación. Y soñé. Me imaginé que esos sentimientos eran un mero reflejo de una noche de tormenta en la cual bailaba bajo una lluvia de estrellas. Subí a la cima de la montaña rusa para huir de esas caídas a la nada. Y me lancé. A esa nada. A ese todo. Paré el tiempo y continué.

YACIMIENTO DE LITIO

Me reafirmo: ‘sí’ a la mina en Cáceres

Eusebio Rodríguez Rodríguez

Cáceres

Esta semana pasada, en su Diario han aparecido dos noticias que han hecho que me reafirme en mi opinión sobre las ventajas de la apertura de la mina de litio en Cáceres.

«Empresa Infinity Lithium incide en la duración de la vida útil de la misma y en la creación de puestos de trabajo modificando las incidencias que pueden influir en el medioambiente, reduciendo el volumen de toneladas a extraer».

El artículo de referencia muestras dos fotografías del aprovechamiento que se le puede sacar al foso que quedaría. Una de las fotografías muestra la rehabilitación de una mina creando un auditorio al aire libre para eventos diversos. La otra, muestra la creación de un lago artificial para el disfrute de nadadores y navegantes en barcas de recreo. Esta última solución podría ser una realidad factible de uso creando un parque para recreo de los cacereños. Cuestión que deberían exigir nuestras autoridades a la hora de firmar la concesión de la puesta en marcha de la mina.

Por otra parte, sorprende que si las baterías de ión-litio «han revolucionado nuestras vidas desde que llegaron al mercado en 1991» y a sus descubridores o investigadores, los doctores, John B. Goodenough, M. Stanley Whittigham y Akiro Yoshino, les hayan concedido el premio Nobel de Química por algo que aquí se dice es tan dañino para la salud y el medioambiente. Si esto fuera así, seguro que no se lo hubieran concedido. Por el contrario, el beneficio para la humanidad parece ser cuantioso y, usado en cientos de aparatos, tanto médicos, como de uso más corriente actualmente, ordenadores, teléfonos móviles, etc. sin los cuales hoy no podríamos pasar.

Por todo ello, reitero mi ‘sí’ a la mina de litio, aún siendo de los pocos defensores que la mina parece tener en nuestra ciudad y confío en la creación de puestos de trabajo que pueda traer para Cáceres.