Otra razón de por qué no hay médicos en Extremadura

Soy extremeña, estudié la carrera de Medicina en Extremadura, hice la especialidad de Medicina Interna en Badajoz y cuando terminé “no había trabajo” y lo que ofrecían eran contratos precarios. Por tanto me fui, a buscar ese trabajo y esa estabilidad que el SES no me daba. Y como yo, muchos otros compañeros se fueron. En mi caso a Navarra, otros a otras Comunidades Autónomas y otros fuera de España.

Han pasado 5 años de trabajo ininterrumpido en Tudela, he estudiado durante un año las oposiciones que se convocaron con un número irrisorio de plazas (las cuales aprobé pero no conseguí plaza) y, aprovechando la buena posición que me da en la bolsa mi experiencia y la oposición aprobada, he intentado volver.

Se ha convocado recientemente una entrevista para un contrato de larga duración en Mérida. Sí, una entrevista, como si de una empresa privada se tratara para poder elegir entre los candidatos, porque en Extremadura se sigue funcionando así: pocos contratos (en concreto en Mérida no se ofrecía otro de larga duración desde 2017) y los que no son precarios no se ofrecen directamente a quien le corresponda por lista en la bolsa, no, se convoca a una entrevista para ver si se puede ”dar la vuelta a esa lista” y escoger. Se pueden imaginar que cuando cuento esto en Navarra se llevan las manos a la cabeza…

Me he presentado a esta entrevista. Las puntuaciones pueden oscilar entre 0 y 5. La mesa evaluadora se compone por 4 miembros del Servicio de Medicina Interna del Hospital. Nadie ajeno que pueda ser algo más objetivo, ningún miembro de algún sindicato (pese a que en las bases está recogido que debería estar). Me han preguntado por mi experiencia en distintos ámbitos de mi especialidad. Me han puntuado con 2 puntos, se ve que no les ha parecido suficiente mi experiencia… De acuerdo, no se lo puedo rebatir, es su opinión. Pero permítanme que les ponga un ejemplo de la imparcialidad de dichas entrevistas. A un compañero que acaba de terminar la especialidad, sin experiencia porque así figura en sus 0.003 puntos con los que cuenta en la bolsa, le han puntuado con 5 puntos. No voy a entrar en las demás puntuaciones porque creo que con un ejemplo es suficiente para demostrar cómo manejan a su antojo dichas entrevistas.

Tras una semana de espera, desde Servicios Centrales del SES publican en la página web oficial los resultados definitivos que resultan de sumar la puntuación en la bolsa (experiencia profesional + formación + nota de la oposición) a la nota de la entrevista. En dicha puntuación figuro la primera, la que tiene más nota, puesto que aunque solo me hayan puntuado con un 2, soy la única de los aspirantes que tengo aprobada la oposición y la que más puntos tengo en la bolsa (superaba con 10 puntos al segundo).

Por tanto, espero la llamada que ha de producirse puesto que soy la primera, el contrato es para mí… Pues no, ese mismo día, a las 11 de la noche, recibo una llamada de una compañera que se ha enterado por terceras personas que el contrato se ha ofrecido ese día a las 14:30 al segundo con mejor puntuación (al que le sigo sacando 7 puntos en el resultado final). El nombramiento ya está hecho.

Al día siguiente a primera hora de la mañana me persono en Servicios Centrales para pedir explicaciones de lo sucedido. Si no me hubiera enterado por mi otra compañera seguiría esperando la llamada… La respuesta que obtengo es que estoy “suspendida” en la bolsa y por eso no me han llamado.

Les explico sus razonamientos: en el año 2016 dicen que me llamaron para ofrecerme un contrato de corta duración que yo no acepté por encontrarme ya trabajando en Navarra. Digo dicen porque yo no recuerdo que me llamaran, ni hay constancia de dicha llamada, ni yo alegué ningún justificante como hubiera sido otro contrato de trabajo, pero, según ellos, yo debí decírselo y ellos “se lo creyeron”. Desde entonces me tienen “en suspenso” en la bolsa, pero eso no ha impedido que yo haya seguido recibiendo por carta certificada la convocatoria a diferentes entrevistas que se han realizado en las diferentes Áreas de Salud del SES, a las cuales yo siempre he justificado mi no asistencia. El haber rechazado un contrato de corta duración, uno de esos contratos precarios que tanto caracterizan al SES, allá por 2016, me imposibilita poder acceder a todo tipo de contrato, tanto de corta como de larga duración, en cualquier Área de Salud. Y lo que me piden para revocar esta situación es un cese de mi contrato actual.

En definitiva: me piden que deje mi trabajo en Navarra para poder trabajar en Extremadura. Pero no cuando tengo asegurado dicho contrato en Extremadura por derecho, sino con antelación. Es decir, pretenden que renuncie a mi trabajo actual, el que conseguí yéndome a 700 km de mi casa, me quede en paro y me siente a esperar a que ellos me ofrezcan otro trabajo en condiciones, para lo cual no es suficiente estar bien posicionada en la bolsa, sino superar además una entrevista que, como ya les he explicado, es totalmente sujetiva y en la cual “me la pueden jugar” a su antojo. Porque una vez que sé que el contrato es para mí, por supuesto que hubiera renunciado a mi trabajo en Navarra, les hubiera presentado ese cese que me piden, pero no me han dado opción, no me han llamado y ahora … “el nombramiento ya está hecho”.

Pues bien, por mi parte, me vuelvo a Navarra, donde me acogieron con los brazos abiertos, donde me valoran, donde tengo un contrato que no es digno de rechazar para sentarme en Extremadura a esperar.

En lo que concierne a los altos cargos del SES, señor presidente, señor consejero, señores/as gerentes, señores/as directores/as y subdirectores/as, etc… sigan ustedes actuando como lo están haciendo, como si de un “cortijo” se tratara el SES, y seguirán teniendo lo que tienen, más bien lo que no tienen: médicos. Qué curioso me resulta cuanto menos que ya antes de ir a la entrevista (las cuales deberían en serio plantearse si son justas y si deberían seguir con ellas) todo el mundo me decía que “ese contrato ya tenía nombre” y efectivamente ese nombre es quien finalmente lo ha firmado.

Y para terminar, queridos ciudadanos y pacientes extremeños, es cierto que hay falta de médicos en Extremadura, pero al menos espero que este escrito sirva para tener otra visión de por qué ocurre esto, entre otras cosas (como son por supuesto los contratos precarios y la falta de previsión), por las dificultades que nos ponen a los que un día ya nos fuimos y ahora queremos volver.

Atentamente, María González Gómez, extremeña.