REFLEXIONES DE UN PENSIONISTA

De mentirosos, chantajistas y cobardes

Ginés Rubio Blasco

Cáceres

Palabras fuertes son las que utilizo como título de mis reflexiones sobre los últimos acontecimientos que estamos viviendo.

Serían muchos los ejemplos que podría utilizar para justificar estas palabras, pero me referiré solo a uno de los acuerdos del último Consejo de Ministros, el celebrado el día 27 de diciembre último, que si se hubiera retrasado un día pensaríamos en una «inocentada», pero no, ha sido real como la vida misma.

Me remito al acuerdo sobre pensiones, que está en relación con el primero de los «35 compromisos sociales» del PSOE, que, literalmente, en el último párrafo de este compromiso dice: «En el próximo mes de diciembre actualizaremos las pensiones de 2020 de acuerdo con el IPC real».

Cuando se publicó este documento, 7 de octubre de 2019, y aún cuando los pensionistas deseábamos que así fuera, estábamos convencidos de que no sería posible y que solo podíamos esperar lo que la ley establece, un incremento del 0,25%, y ello en cualquiera de los supuestos, tanto si teníamos un nuevo gobierno, que estaría condicionado por los cumplimientos presupuestarios con la Unión Europea, como si continuaba el Gobierno en funciones, pues parece ser que no tiene facultades para cambiar la ley.

Por tanto, cuando hemos conocido los acuerdos del Consejo de Ministros del 27 de diciembre, se ha confirmado que en el célebre documento de los «35 compromisos sociales», se nos había mentido, se prometía algo que no se podía cumplir.

Pero no solamente el Consejo de Ministros ha acordado no subir las pensiones en diciembre, sino que ha condicionado el incremento futuro a que haya gobierno, que todas las fuerzas políticas permitan que el Sr. presidente en funciones sea presidente, que todos los pensionistas «aclamemos al Sr. presidente en funciones y presionemos a los que se le puedan oponer». Eso podría calificarse como chantaje a nueve millones, más o menos, de pensionistas, para conseguir lo que las urnas no le han dado, la mayoría absoluta. De ahí la segunda palabra fuerte del título.

Y por último, el Sr. presidente en funciones ha obviado la oportunidad de darnos una explicación a los pensionistas, aprovechando el último Consejo de Ministros para comparecer ante los medios de comunicación y explicar con suficiente claridad el porqué de las promesas y los incumplimientos ante los pensionistas, los que durante muchos años nos esforzamos con nuestro trabajo y cotizaciones para disfrutar de unas pensiones, en muchos casos escasas e insuficientes, para que ahora no se nos cumpla ni siquiera lo establecido por ley.

A esta postura, yo, a mis 78 años, le llamo cobardía, que es la incapacidad de afrontar nuestras palabras y compromisos, especialmente grave cuando se trata de un «mandatario público», a cuyo sueldo yo contribuyo con mis impuestos.