Los representantes del sector empresarial han propuesto al Gobierno de España la creación de contratos laborales de formación para trabajadores de más de 45 años como medida para incentivar el empleo en los trabajadores que superan esa edad.

Como ciudadano de 48 años y desempleado de larga duración afirmo con enorme tristeza que los únicos contratos laborales que me han ofrecido las grandes empresas, han sido contratos en prácticas de 6 meses de duración cuando finalicé mis estudios académicos, y solo hasta agotarse el tiempo limite, porque el atractivo de ese tipo de contratos para las empresas era la exención de pagar las cuotas de la Seguridad Social por el trabajador, a pesar de que la actividad laboral a desarrollar no tenía ninguna diferencia con respecto a la de cualquier otro trabajador ordinario. Desde entonces las ofertas laborales han sido para mí, al igual que para una mayoría de personas de mi generación; mi muy difíciles de lograr.

Ahora resulta que como los trabajadores que tenemos más de 45 años no resultamos atractivos al sector empresarial, a este se le ha ocurrido la original idea de proponer para estos casos contratos de formación como los que nos hicieron nada mas terminar los estudios, y por los que supongo que ahora también se eximen del compromiso de pagar a la Seguridad Social.

La realidad que el sector empresarial esconde detrás de todo esto es su escaso compromiso de pagar a la Seguridad Social los impuestos correspondientes por cada trabajador contratado y, consiguientemente, su nulo interés en contribuir a mantener el sistema de pensiones, la sanidad pública y los demás compromisos que existen en un estado de derecho, ofreciendo a cambio cada vez peores salarios, mayor temporalidad y además un sentimiento al trabajador que saca adelante la producción de ser un «mero objetos sin ningún valor».

Ahora solo le hace falta al sector empresarial que el actual gobierno dé su visto bueno a la idea y, dentro de poco, propondrán otra nueva modalidad de contrato para mayores de 65 años con insuficiencia de cotizaciones para poder cobrar una jubilación digna. Y de este modo, el estado del bienestar y el progreso de nuestro país evolucionará a la inversa de los países prósperos de Europa.

Ojalá la ciudadanía seamos capaces de reflexionar sobre el futuro que deseamos y nos propongamos cambiar a tiempo el rumbo de nuestro país, aunque solo sea pensando en un mejor porvenir para los mas jóvenes; nuestros hijos, nietos y sobrinos...