Así lo vivimos todas aquellas personas que amamos Cataluña pero también tenemos lazos familiares y culturales con el resto de España. Lo vivimos mal los que sufrimos la dictadura y celebramos que llegara la democracia con sus leyes para cumplirlas porque solo habíamos vivido la ley de los franquistas. Lo vivimos mal porque estamos rodeados de falsedad y de mentiras predicadas por esos gobernantes a los que elegimos democráticamente, según la ley, para representarnos a todos. Lo vivimos mal porque si esos gobernantes se saltan las leyes, ¿qué nos queda a los demás? ¿La ley de la selva? Y todos aquellos que ahora se saltan la ley, ¿quién nos asegura con certeza que no se la saltarán también después? Y en relación a los antisistema, ¿ lo serán también de otro sistema y así sucesivamente? Mal vamos. Habría que releerse el tratado sobre la estupidez de Carlo Maria Cipolla, porque ahí estamos.