El 70% de nuestro cuerpo es agua, también el del planeta. De ese porcentaje, el 97,5% es agua salada y el 2,5% dulce. Pero solo el 1% es consumible. El gran problema radica en la gestión y en lo costoso que es el proceso de desalinización. Si a esto sumamos el cambio climático, la contaminación, la explotación descontrolada que hace el hombre de la naturaleza y el despilfarro en los hábitos de consumo, nos encontramos ante un gravísimo problema, con consecuencias socioeconómicas tremendas y a largo plazo. En la actualidad hay 2.100 millones de personas que no tienen agua potable en su hogar, lo cual afecta su salud, educación y medios de vida. El agua contaminada transmite enfermedades fácilmente evitables. Más de 10.000 personas mueren al día por estas causas, la mayoría menores de 5 años. Los más afectados son los pobres. «La respuesta está en la Naturaleza», dice el lema de la ONU este año. Cuidar y defender los recursos naturales significa implementar cambios profundos, educar, cambiar hábitos, estilos de vida, modelos de producción, gestión y consumo. El verdadero desarrollo es el desarrollo humano integral sustentable de las personas y de su entorno, de nuestra casa común.