El próximo día 30 de enero se celebrará el Día escolar de la Paz en todos los colegios. Esta actividad tiene como objetivo educar a los niños en la idea de que la paz se consigue solamente con desearla. ¡Menuda trola! Desde que el hombre tiene un pie en este planeta, los conflictos se han resuelto a base de mamporros y que yo sepa el mundo no ha cambiado. Con esta actividad estamos estafando a los niños inoculando un virus dañino al hacerlos creer que los problemas de la vida con censurarlos se van a solucionar. ¿Realmente nuestra más enérgica repulsa hará desistir a un ladrón de robar, un minuto de silencio frenará a un asesino de cometer un horrible crimen, soltar globitos blancos impedirá que nuestros políticos sean unos golfos y leyendo un manifiesto lleno de bonitas palabras hará cambiar de conducta al abusón que se mete con nuestro hijo en el patio del recreo? Estas celebraciones están llenas de buenas intenciones, pero antes de meter en la cabeza a nuestros hijos las palomitas y los globitos, más nos valdría enseñarles que en la vida real hay que saber defenderse. A veces un buen mamporro al que te está tocando las narices hace milagros. Estoy seguro que más de un caso de bullying se hubiera solucionado poniendo a los abusones en su sitio y que en lugar de tanta paz, le hubieran enseñando a defenderse para lograr su paz. Ya lo decían los romanos: Si vis pacem para bellum.