La relación entre dieta y fonética tiene que ver con la ecología y el medioambiente por la introducción de alimentos más suaves con el paso de la caza y recolección a la agricultura, con el consumo de nuevos alimentos que cambiaron la dentición humana, apareciendo así nuevos fonemas labiodentales. También la ecología es yacimiento de ocupación y la climatología afecta a la economía y a la historia, visto en los glaciares prehistóricos y la posterior extinción de los grandes animales, obligando al paso de la caza y recolección a la agricultura y ganadería para garantizar comer sin depender de migraciones animales.

El mini glaciar del siglo XVIII que impulsó la Revolución Francesa; o la grave sequía entre el 2007 y el 2010 que afectó a Oriente Medio desencadenando las primaveras árabes y la posterior guerra en Siria. Porque las evidencias que vinculan un clima extremo y la violencia y los conflictos bélicos recuerdan que el cambio climático es cuestión de Estado y hay que combatirlo globalmente. Mientras se discute sobre las energías renovables, tenemos el caso Dieselgate, las emisiones de vehículos contaminantes causan 400.000 muertes prematuras cada año y 766 mil millones de euros anuales. Y si en política también hablamos de nichos «ecológicos» naturales como barrios y zonas obreras olvidados por la izquierda y ahora ocupados por la ultraderecha, ¿qué especies ocuparán nuestro nicho y lo otros seres vivos si vamos al desastre?