La política es diálogo. Si un Gobierno lo conforman dos o más partidos, como hay distintas sensibilidades, deberán moderar sus posturas para consensuar y lograr reformas cabales -laboral, educación, pensiones…- que, al contar con mayor apoyo social, tendrán más efectividad y vigencia. Además, al someter las cuentas a un control plural se dificultará que enraíce la corrupción.

Por vivir ajenas a la realidad de la calle, a menudo en España las mayorías absolutas han sido lesivas. En el pasado, los agobiantes rodillos de uno u otro signo, se cubrieron las espaldas para recortar derechos. Ahora, al carecer de votos suficientes, se impide la comisión de estos atropellos.

En la Unión Europea 16 de los 28 Estados están gobernados por dos o más partidos -otros 6 lo hacen en minoría con acuerdos-, y ahora los españoles así lo demandan. Los Gobiernos plurales tienen más ventajas que inconvenientes, forjan una ciudadanía participativa y responsable y, definitivamente, los cielos no se desploman sobre ellos.